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Lunes 19 de agosto de 2019

Retiros de Conversión: Una experiencia que cambia vidas

El “Movimiento Retiros de Conversión” celebró 24 años recogiendo testimonios de vidas que buscan recomponer lazos familiares, afrontar problemas sociales como el alcohol o la drogadicción o dificultades personales. En este aniversario se propusieron seguir “tirando redes” para todos quienes aún no realizan un proceso de conversión.

Fotos: Camila González

Periodista: Carmen Gloria Díaz Meléndez

Yo me perdí los años más lindos de mis tres hijos mayores por el alcohol, cuenta José Namuncurá de 65 años. Ese es su testimonio de vida que hoy comunica. Él llegó hace más de 20 años al movimiento cuando un cuñado lo invitó a participar. "Conocí al Señor en un Retiro de Conversión que cambió mi vida... Me emocionó, porque estoy muy agradecido de esto, yo no sabía ni leer ni escribir y era un alcohólico y este movimiento me dió la oportunidad de salir adelante".

José lleva 44 años de matrimonio con Josefina y tienen cinco hijos. Si bien, reconoce que el camino no ha sido fácil, también sabe que volver a lo mismo sería perder todo lo logrado. "Yo me perdí (se quiebra) ... te digo que es difícil, yo me perdí los años más lindos de mis tres hijos por el alcohol y así y todo ahora ellos me perdonaron y esos son los logros que se hacen con este movimiento. Aparte acá en la comunidad mis hermanos me enseñaron a leer y a escribir. Ahora me sé desenvolver de una manera más responsable". Y continúa, "a los otros dos hijos, a ellos los disfrute, los estoy disfrutando todavía. Estoy feliz y ellos están felices conmigo y me dejan trabajar en esto... yo he tenido la oportunidad hermosa de que ellos me entendieron. Mis hijos mayores me perdonaron y aquí estoy... me siento agradecido porque soy un papá presente con mis hijos ahora".

Los logros han sido muchos dice José. Durante 18 años fue catequista junto a su mujer y hoy es Maestro de Comunión lo que lo llena de orgullo. "Ya estaría muerto, ya no estaría (si no hubiera conocido este movimiento), el Señor me llamó justo... yo creo que me dio otra oportunidad y la he sabido aprovechar porque yo me siento feliz ahora con mis hijos, mi señora y mi entorno. Y trato de hacer bien mi trabajo para el Señor, me cuido mucho de no fallarle".

El Movimiento Retiros de Conversión lo inició monseñor José Valdés Covarrubias en 1981 bajo el nombre de Apostolado Retiros de Conversión. El 18 de agosto de 1995 es cuando se aprueban los estatutos y pasa a ser lo que son hoy. Un movimiento que "busca unir a la familia, afrontar el alcoholismo en nuestra sociedad desde el Evangelio, a través de la metodología de trabajo de los testimonios de vida. En la actualidad, no sólo nos enfocamos en el alcohólico, si no también es abordamos los problemas intrafamiliares y tenemos una mayor conciencia de nuestra sociedad". Así lo cuenta Betsy Delgado, presidenta del Movimiento y agrega "acogemos al hermano fraternalmente, escuchamos sus problemas mostrando a Jesús vivo, misericordioso que acoge y que a través de su Espíritu Santo guía nuestro camino hacia una conversión".

Actualmente, el Movimiento de Conversión lo conforman 33 comunidades en la Región Metropolitana, con un total de 700 servidores los que tienen motivación de servir y seguir a Cristo con perseverancia y compromiso hacia el camino de la conversión, plantea Betsy Delgado. La experiencia parte con un retiro para los hombres y a la semana siguiente para las mujeres, en lo que se busca que las personas reflexionen y se encuentre para luego descubrir a Dios y ponerlo en su centro de sus vidas. Para ello, tienen una Casa de Retiros llamada "San José del Mar Cartagena" que construyó el Padre Pepe como cariñosamente recuerdan al gestor de esta iniciativa, el sacerdote José Valdés Covarrubias y que cuyo terreno donó Ana Gómez Franke, profesora de San Antonio.

En su Homilía, monseñor Celestino Aós les recordó a los presentes una frase de San Alberto Hurtado que dice ´qué haría Dios en mi lugar´ y les dijo "esa es una buena norma cuando no sabemos muy bien qué hay que hacer, cuando estamos ahí enredados en la familia o con los amigos o con un problema, digo y 'qué haría Cristo en mi lugar' y entonces rezamos y le pedimos al Señor ayúdame... Yo estoy contento de ver que ustedes han escuchado y acogido esa palabra de Dios y están aquí formando estos grupos para cambiar su vida y para ayudar a que los demás las cambien". Y continúo, "el testimonio que se nos pide a todos es 'portarnos como cristianos' aunque haya luchas, haya dificultades y si nos caemos nos levantamos, y si nos volvemos a caer nos volvemos a levantar, aunque nos caigamos 70 veces 7, levantarnos. Nosotros nos aburriremos, pero Dios no se aburre de perdonar por eso nace la conversión". Y cerró su reflexión pidiéndoles, "yo quiero que ustedes continúen en su esfuerzo, no siempre es fácil, que sigan a Jesús, que sean cristianos alegres y convencidos, y que hagan el bien, que hagan el bien siempre y en todas partes y a todas las personas...".

A esta celebración llegaron de todas las comunas de Santiago. Nelson Jiménez llegó junto a Marianela Bustamante, su señora hace 26 años y mamá de sus 2 hijos Daniela y Sebastián. Al movimiento llegaron hace 15 años por la invitación de un familiar que sabía que su matrimonio no andaba bien. Nelson recuerda "estábamos mal, pero nunca al extremo, pero yo creo que íbamos para allá caminando". Marianela cuenta que hoy está feliz con su matrimonio, pero "si no hubiera vivido esta experiencia, ya nos hubiéramos separado de todas maneras y nuestros hijos hubieran tomado otro camino. En cambio ahora somos una familia, tenemos nuestros problemas como todos pero sabemos llevarlos, ya no hay ese orgullo que no te hablo por una semana o mis hijos retarlos como antes uno hacía, ya no ahora todo es con la comunicación, conversamos, nos sentamos en la mesa y conversamos hartos temas, ya no vemos televisión, ni los celulares en la mesa, nada, sólo comunicación".

Pero llegar a lo que hoy son como familia ha sido un camino de mucha perseverancia. Al acordarse de su primer retiro Nelson dice "por la experiencia mía, yo le dije a mi negra tienes que ir. Porque (se quiebra) no se puede expresar mucho uno lo que siente, todo lo que se vive allá tiene que vivirlo la persona, no puedo dar muchas características.... Si uno se encuentra con Dios, cara a cara con él, él no te reprocha ni nada, sino que te da el mensaje y si tú lo tomas (se emociona) cala profundo, porque de ser tan penca como se puede decir y llevar tu matrimonio, yo me di cuenta ahí que mi matrimonio se iba a las pailas porque como estaba actuando yo, nadie me dijo nada de como yo lo estaba haciendo, pero Dios me dio a entender con los trabajos que se hacían ahí que, en pocas palabras la estaba jodiendo. Y le dije que iba a seguir con él (se le cortan las palabras), que iba a perseverar, que iba a tratar de cambiar, y ahí empezó mi cambio, pero para eso tenía que dar mi primer paso, porque la conversión va día a día y tenía que seguir participando en la comunidad".

Marianela reconoce que hay momentos en que se cree que lo estás haciendo bien como esposa, hija, mamá, pero en realidad estás cometiendo muchos errores, de eso se dio cuenta ella en su primer retiro. Ellos ya se perdonaron y continúan construyendo su familia, hoy muy cerca de Dios y eso lo transmiten a otras parejas y personas que reciben en la comunidad Santa Teresa de Calcuta de Puente Alto que formaron hace un año.