Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Miércoles 11 de agosto de 2021

San José educador: saber acoger, acompañar y esperar para cumplir los sueños

Estos contenidos estuvieron presentes en el Tercer Conversatorio San José “Corazón de Padre”, en el año dedicado al padre adoptivo de Jesús, al cumplirse 150 años desde que el Papa Pio IX lo declaró como patrono de la Iglesia Universal.

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Esta actividad online organizada por la Vicaría Pastoral, tuvo por finalidad profundizar el legado de san José, su figura, su santidad, su ejemplo, y tuvo como invitado al padre Andrés Moro, vicario para la Educación, quien señaló al inicio de su intervención que junto a la educación formal está aquella que se hace en las familias, en las comunidades parroquiales, en los movimientos, para la cual san José nos puede dar algunas pistas. 

La primera se relaciona con los sueños. Así como el profeta Samuel, Don Bosco y Teresa de Ávila tuvieron sueños en los que se les manifestó la voluntad de Dios, también a través de José se pueden descubrir los sueños para la educación. El padre Andrés preguntó si nos hacemos cargo de los sueños que significa una mejor educación, qué pensamos de la equidad y la justicia en la educación y cuáles son los sueños que Dios tiene para nuestras comunidades educativas. Al respecto expresó:  “No basta con que tengamos una cobertura educacional, sino una calidad que pueda llegar a todos, que no solo la tengan los que pueden acceder a ella por distintos medios, sino que todos tengamos el derecho a la educación. Y que también todos tengan la oportunidad de conocer a Dios, Dios no está lejos de las escuelas ni de la vida de las personas”.

Al analizar el ejemplo de san José en su vida, el padre Moro destacó lo largo de los pocos textos bíblicos referidos a él, podemos descubrir en varios de ellos cómo acompaña, primero a María, en los momentos iniciales de la encarnación; luego, en Belén en el nacimiento de Jesús; en Egipto, cuando tiene que huir de la persecución de Herodes, y después en el largo tiempo de Nazaret. “Es una presencia activa, pero respetuosa, es un verdadero pedagogo del plan de Dios en su vida y en los que lo rodean: asume, acoge y actúa. San José acompaña, no juzga, no condena, no cuestiona, sino que actúa”, expresó. Y agregó que en la educación caemos en la tentación de considerar a algunos niños, niñas y jóvenes como problema, pero, afirmó, “ no existen niños-problemas, sino que hay problemas en algunos niños, niñas y jóvenes a quienes tenemos que acompañar, asumir y actuar para mejorar. Todos tenemos problemas, dolores y pesares, pero también enormes oportunidades”. Añadió el padre Andrés Moro que “lo más lejano del acompañamiento es el abuso, porque el acompañar funciona en libertad, en fraternidad y en verdad, y el abuso destruye todo eso”.

Otra característica de san José es el compromiso, como cuando asume en silencio el embarazo de María, hasta que comprendió el plan de salvación de Dios. “Educar no es solo un cúmulo de enseñanzas y materias, sino jugársela diariamente por los proyectos de los niños, niñas y jóvenes”, indicó el vicario para la Educación del Arzobispado de Santiago.

Saber desaparecer

Luego, resaltó la actitud de saber esperar, que puede hoy parecer como a contracorriente en un mundo donde prima lo instantáneo de la tecnología actual, “pero es esencial en el proceso educativo, es lo más propio desde la infancia a la educación superior, porque es propio de los que deben confiar y creer solo se espera lo que se ama”. Y José, dijo, supo esperar confiado en que ese hijo algún día iba a ser el Mesías. 

Por último, el padre Moro resaltó con una cita evangélica otra característica de san José para aplicar en educación:  “Si el grano de trigo no muere no puede dar fruto”, y señaló que “José, tan presente al inicio de la historia de la salvación, deja de aparecer en los textos bíblicos sencillamente”. En educación, precisó, “hay que saber estar y también saber desaparecer. Los mejores educadores saben que su tarea está cumplida cuando sus alumnos vuelan alto y son los nuevos maestros de nuevos aprendices”.

Al final de su exposición hubo un momento para preguntas de los conectados, en cuyas respuestas destacó la paciencia de José, y que en el proceso educativo hay que aprender a confiar que hay ritmos distintos. “La paciencia es prima hermana de la empatía, ponerse en el lugar del otro”, afirmó. También saber confiar,  tener pasión y ejercer la docencia con compasión, educar con caridad, con cariño, pero también con la verdad.

Las actividades en este Año de San José seguirán en septiembre con un encuentro de oración y música; luego en octubre con el lanzamiento de un libro, y en diciembre se va a consagrar la ciudad de Santiago al esposo de la Virgen María.