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Domingo 1 de abril de 2018

Vigilia Pascual: Una luz brilla en nuestras vidas

Es parte del Triduo Pascual, Sábado Santo es el segundo día del año en que no se celebra la Santa Misa, para hacer presente que Jesucristo murió. Día de duelo, silencio, reflexión, penitencia, oración, ayuno y abstinencia en el que se vive la Vigila Pascual.

Fotos: Omar González

Periodista: Lorena Martino

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://iglesiadesantiago.cl

Iluminada con la fuerza de unas brasas, este sábado 31 de marzo, a las nueve de la noche, la catedral metropolitana congregó a cientos de fieles que llegaron para hacer vigilia a la espera de la Pascua de Resurrección de Jesucristo.

Una ceremonia que vivió la liturgia del fuego, como signo del Espíritu Santo, luz de Cristo;  la bendición del Cirio Pascual y la bendición del agua de la fuente Bautismal, como promesa de renovación de la fe.

La celebración comenzó con una solemne procesión del Arzobispo de Santiago al interior del templo que lo guió hasta el cirio pascual, en él, grabó los signos de alfa y omega e insertó cinco granos de incienso, llagas de Cristo resucitado. Finalmente, comenzó la celebración con el paso de la luz del cirio en medio de la oscuridad, como signo de Jesús resucitado, peregrino en medio de las tinieblas del mundo.

En la liturgia de la Palabra, en la que se narra la historia de la salvación, el cardenal, en su homilía, explicó los signos de Sábado Santo: "La noche de Pascua nos viene a decir que no estamos llamados a caminar en las tinieblas, que hay una luz que brilla en nuestras vidas, que nos muestra el amor de nuestro Padre, que nos muestra el camino para llegar a Dios y en esta noche también recibiendo el sacramento de la reconciliación. En esta noche queremos pedirle al Señor, luz del mundo, que de verdad Él sea la luz de nuestros pasos, que venga a iluminar la oscuridad de nuestros pecados, dudas, dolores, llantos".

El pastor, recordó la importancia de recordar nuestro origen: "Renovar la promesa de nuestro bautismo significa reconocernos miembros del pueblo santo de Dios, a través de ese sacramento que es el más importante que nos hace a todos, parte y cuerpo de Cristo. Los invito y me invito a renovar la promesa de nuestro bautismo, pidiéndole al Señor que nos revista, una vez más de la dignidad de hijos. Que bello es ser cristiano y reconocernos como tal".

Agregó: "Celebrar la Pascua significa permitirle a Dios, que la vida de su Hijo resucitado, quede injertada en nuestra frágil vida humana, sintiendo que somos enviados al mundo como portadores de la buena noticia de la resurrección del Señor".

Al finalizar sus palabras, señaló: "Lo que queremos hacer con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, es que Jesús se transforme en vida para todos, especialmente para quienes más lo necesitan. Feliz pascua, que el Señor llene la vida personal de cada uno de ustedes, de sus familias, de sus comunidades, de la paz de Cristo resucitado y tengamos la fuerza, la valentía que viene del Espíritu, para decirle fuerte a nuestro mundo que Cristo a resucitado, está presente en nuestra Historia y está salvando nuestra cultura, la vida y el porvenir de cada hombre y de cada mujer".

Luego comenzó la liturgia bautismal en el que la asamblea cantó a una voz "resucitó el Señor, aleluya", ahí fue bendita el agua y se invitó a hacer la renovación de las promesas bautismales.

Finalmente, con la celebración de la comunión, los fieles celebraron la resurrección de Jesús.

La voz del Pueblo de Dios

Vestida de blanco, Francisca Infante hizo su renovación bautismal como catecúmena: "Es un regalo precioso estar aquí, llevo veinte años en este camino y es hermoso renovar junto al Obispo las promesas bautismales, ya estamos en Pascua y la alegría es inmensa".

Por su parte, Estrella Lenis esparte de la comunidad católica Shalom, para ella esta es una renovación de la fe: "Me gustó mucho la ceremonia, alegre los cantos y las palabras del Arzobispo sin inspiradoras para vivir un buen año pascual donde acogemos a todos los que somos Iglesia y a los que no también".

Daniel Orbenes, en cambio, es primera vez que vive la vigilia en la catedral: "Fue una ceremonia de mucho recogimiento, en familia, la idea es que reflexionemos el porqué Cristo murió en la cruz por todos nosotros. Esta instancia renueva la fe".