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Martes 12 de marzo de 2019

Comunión y Liberación recordó a su fundador

Se trata del sacerdote italiano, siervo de Dios, Luigi Giussani, quien en el mes de febrero, cumplió 14 años de su fallecimiento.

Fotos: Omar González

Periodista: Andrea Ruz

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl/

Hasta el Campus San Joaquín de la Universidad Católica llegaron los más de 200 feligreses del Movimiento de Comunión y Liberación de Santiago, para vivir su tradicional retiro de Cuaresma. Instancia en la que reflexionaron sobre la oportunidad de "mirar a Dios a la cara, reconociendo que su presencia nos ayuda a estar frente a las distintas circunstancias de la vida", explicó Juan Emilio Parada, coordinador de la fraternidad.

El movimiento Comunión y Liberación, que llegó a Chile en 1985, busca colaborar con la misión de la Iglesia a través de la misión cristiana. Sus seguidores, que en un inicio comenzaron siendo en su mayoría jóvenes, hoy se extrapolan a familias completas que transitan a través de un camino personal y comunitario de educación en la fe.

Según explicó Parada, en medio de los problemas de la sociedad actual, las enseñanzas de don Giussani están más presente que nunca. "Hace más de 60 años él se dio cuenta que la fe era más bien un tema cultural y que los jóvenes participaban sin comprender las razones. Así comenzó a trabajar con ellos siendo consciente de que en cualquier circunstancia, tanto jóvenes como adultos, no debemos conformarnos ante nuestros dolores", señaló.

Tras participar por unos momentos del retiro, el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, celebró la Eucaristía junto a los fieles, recordando la figura del padre Luigi Giussani, quien en 2012 fue declarado siervo de Dios, poniendo la intención en que "de ser voluntad de Dios, sea presentado prontamente como modelo de vida cristiana para todos nosotros".

En su homilía, el pastor agradeció la labor de los "hermanos que hacen camino de vida cristiana en este movimiento, a través de tantas obras que han servido para vivir e internalizar el Evangelio de Jesús. Hemos podido ver cómo este don nació pequeño, con un grupo de estudiantes y finalmente hoy día está presente en el mundo entero como una levadura para tantas realidades humanas de culturas diversas, en países diversos. Con aquella levadura que es el Evangelio de Jesús, en la vida concreta de cada persona y comunidad", expresó.

Sobre la celebración del primer domingo de Cuaresma, al detenerse en el texto del Evangelio de san Lucas, el cardenal reflexionó sobre el camino de descubrimiento del proyecto de Dios. "El hombre y la mujer no viven solo de pan, hay algo más que el pan. Hay muchos que nos les falta en pan ni los medios abundantes para llenar la propia vida de placeres, realizaciones. Cuántas veces encontramos a esa gente pobre en su interior, insatisfecha de la vida, que no encuentran el sentido de la vida. Está escrito, no sólo de pan vive el hombre".

Al finalizar, agregó que "Jesús nos invita a pensar sobre el camino para construir de verdad una vida que sea plena, plena de espíritu y no solamente llena de cosas. Que sea el tiempo propicio para buscar al Señor, renovar nuestra confianza del camino que él nos propone de llevar adelante el servicio del Reino de Dios".

Tras la Misa los fieles agradecieron el mensaje y la presencia del pastor de la Iglesia de Santiago y continuaron el encuentro con un almuerzo fraterno, a la luz del legado de su padre fundador, que propuso el cristianismo como encuentro, acontecimiento, historia de amor.