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Viernes 1 de abril de 2022

Cardenal Aós: “En este mundo, nosotros tenemos que ser el perfume de Cristo”

Tras la profanación del Sagrario del Santuario de Lourdes, el cardenal Celestino Aós, presidió el pasado miércoles 30 de marzo, la misa de desagravio en la que participaron un centenar de fieles. En la homilía, pidió orar por quienes hayan hecho este acto.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Andrés Labrín H.

El reloj marcaba las 16:30 horas del día lunes 28 de marzo, momento que las hermanas de la congregación “Hijas de Santa Ana”, fueron alertadas por parte de la comunidad escolar que había hostias tiradas en la calle, estas fueron recogidas por la madre superiora. Fue así como inició la dolorosa noticia que el Sagrario de la Gruta de Lourdes había sido profanado y que el cuerpo de Cristo,  había quedado tirado en la calle. 

Ante este duro acontecimiento, el Arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, presidió el pasado miércoles 30 de marzo, la misa de desagravio en este santo lugar, concelebrado por los obispos auxiliares de la arquidiócesis, junto a una serie de sacerdotes.

La oración comenzó con la exposición del Santísimo Sacramento, acompañado del rezo del Santo Rosario. Así, poco a poco fueron llegando un centenar de fieles de distintos puntos de la Región Metropolitana a este lugar, junto a los cientos de creyentes que se unieron a través de las redes sociales, gracias a la transmisión que realizó el santuario.

La homilía del arzobispo Celestino Aós, estuvo marcada por la reflexión del significado de la Eucaristía para los fieles, situando esta realidad en algunos pasajes bíblicos. “En el Evangelio hay situaciones profundas, concretas, en que encontramos a Jesús el Santo de los Santos al lado o frente a un pecador o frente una pecadora. Y lo vamos a encontrar, siguiendo el proceso de la pasión del Señor, ahí en la última cena, cuando nos encontremos con la obra de Judas. Judas que prefiere un puñado de monedas de oro a la vida del amigo, a la vida del Señor. Lo traiciono, lo vendió”, señaló.

Continuó comparando la situación de Judas, con la actualidad, refiriéndose, “nosotros hoy encontramos estelas similares. La santidad de Dios, la santidad de los sacramentos, frente a personas que nos profanan. Pudiera ser que estas personas, no tienen conciencia porque no saben de qué se trata (...) Por eso estamos aquí los sacerdotes y los obispos también con ustedes, miembros el Pueblo Santo de Dios, con las religiosas, en este acto de reparación, para pedirle al Señor que si efectivamente han sido unas hermanas o unos hermanos que sabían lo que es la Eucaristía y que han preferido el oro y la plata, más que el Señor y su presencia, que el Señor les perdone y los lleve al arrepentimiento y un día también podamos nosotros estar con ellos, aquí ante el altar”.

“La Eucaristía es la presencia sacramental del Señor que nos ama, que nos sigue dando fortaleza en medio circunstancias tal vez adversas. Vivimos una hora hermosa, una hora para el amor, para el amor para aquellos que piensan y sienten como nosotros, y para el amor hacia aquellos que no piensan como nosotros”, enfatizó. Ese valor a la presencia del Señor, el cardenal Aós resaltó, “quien ama se da un tiempo para estar con el amado, para estar con Jesús, que está ahí, que nos escucha, que nos acompaña, que sostiene nuestra esperanza, que nos asegura la victoria. Juan Pablo II, dejó aquel grito en el aire ‘el amor es más fuerte, no tengáis miedo, el amor es más fuerte’, Aunque haya momentos en que pasemos una situación de dolor, porque esta ofensa, este ultraje a las Santas Especies, al pan eucarístico, lo hemos sentido en el corazón cada uno de nosotros”.

También el Arzobispo de Santiago tuvo palabras para el difícil contexto que atraviesa nuestro país, invitando a los presentes a ser testigos del amor, instrumento de paz. “Hermanos y hermanas, en estos momentos y en este Chile de crispación, de tensión, de violencia, ustedes tienen que ser los testigos del amor, ustedes tienen que ser los instrumentos de la paz, ustedes no se dejen vencer por el mal, sino que venzan al mal por el bien. San Pablo utiliza una expresión hermosa, y dice que nosotros tenemos que ser el buen olor, el perfume de Cristo”.

“Fue un acontecimiento doloroso”. Esas fueron las primeras palabras del padre Pedro Pedraza, rector del Santuario de Lourdes, tras finalizar la misa de reparación a este santo lugar, quien además agradeció las muestras de cariño y compañía ante esta situación, “hoy celebrar esta eucaristía, es constatar como el Señor nos ha bendecido". En ese mismo camino, monseñor Cristian Rocagliolo, Obispo Auxiliar de Santiago explicó que, “este acto que hemos hecho, es un acto que busca expresar nuestro cariño y afecto al Señor, solidarizar con esta comunidad que ha sufrido y también aprender a ser más custodios de la Eucaristía, más cuidadosos de la presencia de Cristo que está en la hostia y también está en los hermanos”.

La mirada de los fieles

José Beroiza, de estación Central se refirió a esto, “muy sentido por lo que ocurrió, que haya surgido esta eucaristía me parece maravilloso, para que la fe siga con más fuerza, con más energía”. Así para Jessica comentó, “es una homilía muy consoladora. Yo lo agradezco mucho, es sentirnos guiados en estos tiempos con muchas dificultades y dolores, pero que podamos ser testimonios de luz para otros”.

Para Pamela Gálvez, vecina del sector con mucha nostalgia dijo, “con harto dolor y harta tristeza, pero después de esta misa me voy mucho más tranquila. Debemos ser capaces de perdonar”.

La ceremonia, culminó con un momento muy emotivo, en el que todos los fieles, presbíteros, obispos y consagradas, alzaron sus pañuelos blancos para orar a la Virgen de Lourdes, pidiendo por la sociedad, por quienes hicieron este acto doloroso y por el Santuario.