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Domingo 1 de septiembre de 2019

Día del Migrante: Fe, alegría y cultura en P. Latinoamericana

Cerca de 3 mil migrantes de más de 30 nacionalidades disfrutaron de una jornada que incluyó la celebración de la eucaristía, bailes típicos, comidas tradicionales y, sobre todo, mucha alegría. El encuentro se realizó el domingo 1 de septiembre en la emblemática Parroquia Latinoamericana, ubicada en pleno corazón de Providencia. El Obispo Auxiliar de Santiago, Alberto Lorenzelli, acompañó en su día a los hermanos y hermanas migrantes y celebró con ellos en un templo repleto de personas y colmado de fe, esperanza y caridad.

Fotos: Omar González

Periodista: Francisco Morón M.

-“No soy ignorante”.
-“No soy prostituta”.
-“No soy floja”.
-“No somos ladrones”.
-“No vine a aprovecharme de este país”.
-“No soy narcotraficante”.

Son algunas de las frases que se podían leer dentro de la Parroquia Latinoamericana antes de que comenzara la eucaristía. Fueron ubicadas sobre una malla negra instalada en el presbiterio y llamaban la atención de los asistentes. Era una intervención realizada por los mismos organizadores de la misa del Día del Migrante que buscaba desmitificar algunas cosas que se dicen o piensan sobre los migrantes. Antes de la eucaristía, una a una fueron pasando familias migrantes, las cuales mostraban estos carteles y los rompían, mientras las cerca de 600 personas que repletaban el templo aplaudían de emoción.

Tras esto, ingresó la procesión con banderas de diferentes países y trajes típicos, encabezado por el emblema patrio de Chile. El Obispo Auxiliar de Santiago, Alberto Lorenzelli, acompañó la eucaristía, que fue concelebrada por el padre Lauro Bocchi, vicepresidente de INCAMI y José Tomas Vicuña SJ, presidente del Servicio Jesuita Migrante.

“No somos aquello que muchas veces lamentablemente nos atribuyen negativamente pero si somos hijos de Dios y la homilía más hermosa es nuestra presencia tan numerosa en donde muchas nacionalidades estamos aquí, están nuestras autoridades que nos acompañan, para decir que somos hermanos, somos personas que nos une la fe, la vida y nuestro único Padre Dios”, dijo el obispo en su mensaje.

Además agregó: “La invitación es que abramos nuestras puertas, abramos nuestras casas, abramos nuestras fronteras, abramos nuestros corazones, un corazón capaz de acoger, de integrar, de reconocer, es lo que nos pide el mismo Santo Padre para este momento donde recordamos a los migrantes, reconocer las personas porque son personas”, finalizó.      

Junto con la eucaristía, este fue un día de fiesta. Comenzó muy temprano con una feria gastronómica en las canchas traseras de la parroquia donde los asistentes pudieron disfrutar de los platos típicos de cada país.   

“Aquí nos dan la oportunidad de compartir con muchas personas de diferentes países, de conocer la parte gastronómica, social y cultural de hermanos migrantes que hoy están aquí para cumplir sus sueños. Quiero agradecer a la Iglesia porque han sido muy receptiva con todos nosotros, sin importar de dónde venimos, lo que hacemos o lo que tengamos. Su apoyo emocional ha sido fundamental en este difícil momento de nuestras vidas”, comentó Yuli Vivas de Venezuela, mientras disfrutaba de una tradicional arepa.

También las tradiciones se apoderaron de este día. Esther Osorio (12), boliviana, lucía con orgullo su traje típico de “cholita”. Mientras todos le pedían una fotografía, nos acercamos y conversamos con ella. “Este día donde la Iglesia recuerda a los migrantes es espectacular porque podemos compartir culturas y los hermanos también pueden revivir sus culturas propias de cada país, que tanto se extrañan estando fuera. La Iglesia entrega un apoyo muy solidario, muy bonito que no es solamente en este día, sino que todo el año”, finalizó la joven.

Durante la tarde, en el auditorio de la parroquia, se llevaron a cabo los bailes típicos de cada país. Mientras los observábamos, nos encontramos con John Michael Toussaint. Él viene de Haití y hace dos años que está en Chile. Orgulloso nos comentó lo duro que fue al principio pero lo feliz y motivado que está hoy estudiando conectividad y redes en la universidad. Para poder pagarse sus estudios trabaja realizando aseo en diferentes lugares. “En este día he podido ver las distintas culturas de cada país y gracias al apoyo concreto y cercano que la Iglesia nos entrega, cada día en este país, ha podido ser más fácil. Para mí, la Iglesia fue fundamental cuando llegué, me ayudaron mucho con mi proceso de regularización, al principio fue muy duro, no me acostumbraba con el frío con el idioma pero yo tenía que acostumbrarme, hoy estoy esperanzando en mis estudios que me darán un mejor futuro”, finalizó.     


Cada migrante tiene un nombre, un rostro y una historia”: COLECTA INCAMI 2019

Así se llama la campaña que durante el mes de septiembre está promoviendo el Instituto Católico Chileno de Migración INCAMI, para reunir fondos que van ayuda directa de los hermanos migrantes que llegan a nuestro país. Durante el año pasado 7.394 migrantes recibieron asesoría jurídica,  8.901 ingresaron a la bolsa de empleo, 1.700 asistieron a ferias laborales, 14.400 participaron en capacitaciones laborales y 3.500 alojan mensualmente en las casas de acogida que el INCAMI pone a su disposición. Estas son algunas cifras del trabajo realizado gracias a los aportes que reúne esta campaña.  

Si deseas sumarte a esta iniciativa, puedes realizar tu aporte en el sitio web www.incami.cl o directamente a través de la cuenta corriente número 1663576402 del Banco de Chile. Rut: 82.067.900-8.