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Martes 2 de mayo de 2017

Capilla Cristo Obrero celebró 25 años

Un centenar de fieles se reunieron la tarde del lunes 1 de mayo para celebrar un nuevo aniversario de la comunidad ubicada en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. Familias, niños, abuelos y hasta el alcalde de la comuna llegaron a la Eucaristía celebrada por el Arzobispo de Santiago.

Periodista: Cristián Amaya

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl

Todos los vecinos se conocen y la calle El Carmelo, donde su ubica la capilla Cristo Obrero, ha sido el centro de la vida comunitaria del barrio durante este cuarto de siglo. Llevan varias semanas preparando los festejos del aniversario junto a su párroco, el padre Cristián Borgoño. Antes de las 19:00 horas las vecinas ya tienen preparadas varias bandejas con cientos de canapés, bebidas y postres. Todos han aportado gratuitamente, incluso Manuel Guzmán, el dueño del restaurant "Hualañé", quien llegó con su hija Francisca cargando una caja con 180 empanadas.

"La verdad es que me va bien en la vida, y Dios nos pide compartir cuando nos va bien. Además –le soy sincero- cada vez que ayudo, me va mejor. Me gusta cooperar, me hace bien, nos hace bien como comunidad" dice Manuel.


Dos tareas

La celebración eucarística fue presidida por el cardenal Ricardo Ezzati, quien destacó en su homilía que "En el Día Internacional del Trabajo recordamos a Jesús como hijo de carpintero. En Él todos somos artesanos y creadores. La Iglesia también aporta a la construcción de la sociedad, siguiendo los criterios del Evangelio(...) Dejando atrás el individualismo y las divisiones, Jesús nos invita a imitarlo para alcanzar la felicidad, la plenitud de la vida que todos ansiamos".
Antes de culminar su mensaje, el Arzobispo de Santiago quiso dejar "dos tareas" a la comunidad. "Es muy probable que en 25 años más yo no esté con ustedes, pero quizás más de alguno se acordará de estas tareas que les quiero dejar hoy.
La primera es que sean capaces de transmitir la fe a las nuevas generaciones, a los niños de este sector y de esta capilla. Si solamente enseñáramos a los niños a hacer bien la señal de la cruz, sería algo muy fecundo, pues ahí recordamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Enseñarles que cuando despierten, antes de dormir, en las comidas, por ejemplo, puedan realizarla.

La segunda tarea es pedirles que sean una comunidad misionera. Salgan y no se queden encerrados dentro de estos muros. Vayan a las periferias como nos pide el Papa Francisco. Jesús nos ha enviado a anunciar su palabra, a ser misioneros. Ustedes también son llamados a ser misioneros y solidarios. Ese gozo que ustedes experimentan por haber sido salvados por el Señor, no lo dejen para sí, comuníquenlo a muchos más".


Comunidad viva y solidaria

Al término de la Eucaristía fueron reconocidos dos matrimonios, un acólito, el grupo de niños de la comunidad, un diácono y también los miembros más jóvenes de esta Iglesia; dos bebés de menos de un año. "Deseamos seguir con mucho entusiasmo -en adversidades y alegrías- porque seguimos a Jesús resucitado" dijo la animadora de la capilla.

Posteriormente tomó la palabra el alcalde Juan Rozas, quien venía acompañado de tres concejales. En su mensaje valoró el trabajo de la Iglesia en un contexto donde "se están perdiendo valores y principios en nuestra sociedad". El edil de Pedro Aguirre Cerda agregó que: "Solo bajo el paraguas del amor de Dios, y viviendo en comunidad, podremos proteger a la familia, que es el órgano fundamental de la sociedad. Protegiendo a la familia con los valores que nos enseña la Iglesia, protegeremos a la sociedad en su conjunto".

Finalmente, el padre Cristián Borgoño agradeció a los vecinos y miembros de la comunidad por su activa participación en distintas iniciativas pastorales. "Queremos seguir dando gracias a todos los que apoyan la vida de esta comunidad domingo a domingo. El cóctel que vamos a compartir después es colaboración de ustedes. Indudablemente eso refleja el cariño que le tienen a la comunidad. Todo lo que Dios nos da nos invita a compartirlo, y ustedes viven eso".


"Vivimos algo muy maravilloso"

La señora Cristina Arce participa en la comunidad desde su fundación, o como dice ella "Desde que se empezó a construir con un ladrillito. Aquí vivimos algo muy maravilloso: gente muy unida, comprensiva, humanitaria y solidaria. Ha sido muy significativo, pues aquí pasamos año tras año las alegrías de los bautizos, las despedidas de nuestros viejos. Yo por ejemplo velé aquí a mi marido. Nos encontramos los domingo a recibir el cuerpo de Cristo en misa. Aquí está la vida de todos nosotros en el barrio. Es maravilloso".