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Viernes 7 de mayo de 2021

Opinión: Precariedad laboral, fraternidad y cuidado común

Para reflexionar acerca de diversas temáticas de la contingencia nacional, con un enfoque cristiano, invitamos a diferentes expositores de la política, la academia, el mundo social y pastoral a compartir su visión.

Por: Dra. Diosnara Ortega, directora Escuela de Sociología U. Católica Silva Henríquez

Fuente: Periódico Encuentro

Link fuente: http://www.periodicoencuentro.cl/mayo2021/9.php

Cuando las crisis se vuelven más profundas, la fe y la acción deben ir juntas para poder resistir. La sindemia provocada a partir del covid-19 y de las ya existentes desigualdades y fracturas sociales, han puesto al centro la fragilidad de la existencia misma, de la vida humana y el vínculo social.

Uno de esos centros más golpeados ha sido el trabajo, justamente porque la vida toda se reproduce desde allí. El modelo de producción de la vida que tenemos separa el trabajo productivo del reproductivo, no reconoce a este último como trabajo y sostiene desde su invisibilización el propio trabajo productivo. ¿Qué es productivo y cómo ha venido transformándose lo que se considera productividad? ¿Por qué la estandarización y los “resultados” se volvieron en los indicadores de los nuevos modelos de producción? ¿Por qué este modelo ha avanzado hacia una informalidad del trabajo y una individuación del mismo?

En el sexenio 2014-2019, el PIB de América Latina y el Caribe había crecido en promedio tan solo un 0,3% por año, según datos del Panorama Social de América Latina 2020 (CEPAL, 2021). Es decir, no puede sostenerse que el crecimiento económico sea la razón de ser que justifica el modelo puesto que tal crecimiento es una ilusión ya muy vieja. No existe.

Hoy la pobreza, las desigualdades y su triangulación nos ponen frente a un cuadro más angustiante que el Covid-19: la precariedad y la matriz que la reproduce y la hace rentable. ¿En qué laboratorio estará inventándose la vacuna contra este mortal patógeno? Vale recordar el visionario mensaje del Papa Francisco cuando en 2015 apuntaba la centralidad del Cuidado Común, y cuando a finales del 2020 nos volvió a insistir en la fraternidad como nuevo y único vínculo social que permita salvarnos a todos y todas.

Que san Francisco de Asís sea más que una imagen y permita comprender a quienes aún no ven, la pobreza y la precariedad en sus propias casas y se pregunten, ¿esta es nuestra casa común? ¿Qué haremos con ella?