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Artículo

Viernes 7 de enero de 2022

Sinodalidad como un camino urgente hacia el cambio

El Sínodo de los Obispos 2023 ya está en marcha y la Arquidiócesis de Santiago trabaja incesantemente en generar instancias para dar a conocer sus diferentes procesos. En un nuevo panel de conversación, dos sacerdotes y cuatro laicos dan luces sobre lo que esperan de este tema tan relevante para la vida y misión de la Iglesia. Además, a la luz de sus experiencias, invitan a interrogarse sobre la sinodalidad. Miradas críticas, proyecciones evangelizadoras y un llamado a la transversalidad, marcaron parte de las respuestas de los seis panelistas.

Periodista: Enrique Astudillo

Fuente: Periódico Encuentro

Link fuente: www.periodicoencuentro.cl

Monseñor Carlos Godoy, Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario Pastoral

Espero que sea un tiempo profundamente espiritual, no espiritualista que es una cosa distinta, donde el Espíritu Santo sea el protagonista de los procesos para que pueda suscitar lo que quiera en nuestra iglesia universal y particular. Entiendo además la sinodalidad como un camino de humildad, ya que caminar con otro requiere humildad, no creerse mejor que el otro, sino que requiere creer que el otro me puede complementar y edificar. Mi experiencia con el cardenal y los demás obispos ha sido de sinodalidad, de escucharnos y eso nos ha hecho mucho bien y se replica en otros espacios dentro de nuestra arquidiócesis.

Mireya Tapia, encargada del Área de Movimientos y Asociaciones Laicales de Santiago

Espero que sea un trabajo profundo, espiritual, fraterno, de escucha. Espero en el Espíritu Santo, que sea transversal, encontrando equilibrios. Revisar las estructuras y que sea un tiempo de espera como un don al igual que otros procesos de reflexión pastoral. Que sea un camino de discernimiento, participativo, que se revisen las estructuras, que se adapte a la época en que vivimos. Sabemos que hay heridas abiertas y es que hay que tratar de reconstruir. Apreciar, valorar y respetar la disponibilidad; acercarse y relacionarse con el otro. Valorar el rol de la mujer, de los jóvenes y que la base inspiradora sea Jesucristo. La experiencia sinodal y de procesos de escucha se realicen con un esfuerzo para lograr, unir y acompañar.

Manuel Farr, Miembro del Consejo de Pastoral Juvenil de la Vicaría Esperanza Joven

En el camino de la sinodalidad es fundamental la escucha, implica tener una mente abierta y sin prejuicios, actuando siempre desde el corazón. También es enriquecedor este camino porque todas las personas somos llamadas a participar, donde el diálogo que se genera comprende que también hay silencios y sufrimientos, pero que es capaz de recoger la experiencia de las personas y así discernir para generar cambios concretos y prácticos. Considero importante tener una mirada en profundidad y reflexiva de nuestra, cómo integramos a las diferentes de partes de nuestra Iglesia y cómo abordamos temas que con parte de la contingencia. Mirar profundamente es tener una claridad de lo bueno y también lo malo y buscar las mejoras necesarias.

Francisca Guerra, Delegada episcopal de las comunicaciones Diócesis de San Felipe

Espero que estos nuevos procesos marquen un camino verdadero hacia la sinodalidad de nuestra Iglesia. He sentido que hay una urgencia hacia el cambio, que nos invita a afinar nuestra mirada, colocarnos unos nuevos lentes que nos lleven a una mirada más contemplativa, más teologal y encarnada, que seamos más capaces de reconocer al Dios que acontece en cada lugar y que nos está invitando a vivir de manera más relacional. Ser capaces de mirar al otro y poder verlo, escucharlo y sentir con él. Ser capaces desde nuestras diferencias y diversidades, poder construir una Iglesia más sinodal, fraterna y esperanzadora. Mi experiencia ha sido comenzar a tomar lo que tenemos: mirarlo y hacerlo vida con acciones concretas. Para eso, necesitamos que la gente participe.

Padre Francisco Herrera, sacerdote miembro del Consejo Presbiteral de Santiago

La comunión no significa que todos realicemos las mismas funciones, sino que lo hagamos con un espíritu de comunión y de estima recíproca. Por tanto, la gran pregunta que podemos tratar de responder en este sínodo, es hasta qué punto existe el amor al prójimo. Nosotros podremos amar a nuestros hermanos si existe este aprecio, y ese aprecio no es una fórmula de un proceso psicológico, sino que ese aprecio nace simplemente de reconocer que los otros- con las cuales somos Iglesia- para mi vida son un don de Dios. El proceso sinodal no se trata de colocarnos a la escucha y ponernos de acuerdo en lo que tenemos que hacer. Más bien, es cómo lo tenemos que hacer. La evangelización es lo que nos reúne. Como hermanos estamos llamados a transmitir la fe. Cuando la evangelización sea más importante que cualquier otra forma pastoral, por supuesto será una alegría para todos nosotros.

Juan Carlos Astudillo, secretario ejecutivo Vicaría Pastoral de Santiago

Lo primero, es orientarnos a las personas y no a las tareas. Pareciera que el Sínodo nos está invitando a vivir una nueva manera de relacionarnos, una nueva manera de vincularnos y nos invita seriamente a que miremos al que está al lado, que miremos a nuestros hermanos, a aquellos que están fuera de la Iglesia, con los que están más distantes, alejados, enojados. Esto de relacionarnos y de revincularnos es algo tremendamente importante, sobre todo en una sociedad que está marcada por los cortes de vínculos. Es necesario que nuestro lenguaje pastoral se acerque a la realidad, que las personas de otras comunidades puedan entender qué estamos hablando y que también nosotros podamos entender sobre lo que esperan, lo que sueñan y sus esperanzas en estos procesos, que nos invita a vivir la experiencia desde el cómo, es decir, no saber cuántas tareas haremos, sino cómo las haremos.

Para conocer más sobre el Sínodo de los Obispos, sus instrumentos de trabajo y sus fichas de participación Presinodal, en www.iglesiadesantiago.cl