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Viernes 7 de enero de 2022

Una ocasión para hablar de ocio, espiritualidad, calidad de vida y salud mental

El Papa Francisco ha propuesto desarrollar una “ecología del corazón” compuesta por descanso, contemplación y compasión. Dada esta premisa, Periódico Encuentro convocó a cinco profesionales quienes, desde el ámbito laboral, la filosofía, la educación y la psicología llaman a no pasar de las prisas del trabajo a las de las vacaciones, además de pensar en el significado de la palabra “descanso” en tiempos en los que la crisis sanitaria y social está presente.

Periodista: Danilo Picart

Fuente: Periódico Encuentro

Link fuente: www.periodicoencuentro.cl

Consciencia, decisión y moderación, palabras claves

“Con la pandemia sucede algo muy curioso, porque con la tecnología digital, que ya estaba al acecho, tenemos en nuestros bolsillos las redes sociales, constantemente sumergiéndonos en estímulos”, explica el sacerdote y académico de la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica Federico Ponzoni.

“¿Qué hacemos para descansar en un contexto como este? Primero, estar conscientes. Vivimos en un tiempo que nos pide eficiencia a cada rato y, entonces, es necesario tener conciencia de que hay momentos en que uno no debiese ser eficiente y en los que debo tomarme el tiempo que necesito”.

Dado que la conciencia implica una acción, el sacerdote y filósofo promueve salir del círculo de la eficiencia. Luego viene un siguiente paso: descansar haciendo lo que a uno le gusta. Si se utiliza este tiempo de asueto para leer, ver series o salir con los amigos, esto se hace -como diría Aristóteles- “con la justa medida”.

“Hay una manera de pararse frente a lo cotidiano y hacerlo heroico. Es una postura, un vértigo. Sin embargo, existe la posibilidad de vivir lo cotidiano como respuesta a Dios, que me llama en el instante a dar, sin angustias, lo máximo de mí mismo, y no es mi eficiencia, sino que es lo poco que tengo de capacidad de amar, de disfrutar el instante. Lo que descansa de verdad en el amor. ¿Cuándo yo descanso? Cuando doy y recibo amor”, enfatiza.

Consensuar y escuchar a toda la familia

Dado el contexto social del presente y con familias diversas en los hogares, actualmente existe poco margen para concordar vacaciones al mismo tiempo. Al respecto, Herminia Morales, secretaria nacional de Infancia y Adolescencia Misionera de las Obras Misionales Pontificias en Chile, subraya que “hay que pensar en aquellas personas que están en la casa, los adolescentes y niños, dado que lograr vacacionar juntos es un proceso complicado, nada fácil, sobre todo en el caso de niños con distintas edades. Entonces viene todo un trabajo que a veces estresa y que lleva incluso a pedir vacaciones para descansar de las vacaciones”, advierte.

La misionera hace notar que las situaciones de encierro motivadas por la pandemia muchas veces han evidenciado tensiones en el seno de los hogares, lo que conlleva la necesidad de acompañar y escucharse unos a otros.

“Desde la mirada de la fe nos hace muy bien orar juntos. Rezar en familia. Es un tiempo de gratuidad frente al Señor, poniendo las luces y sombras dentro del hogar. Muchas veces no toda la familia tiene posibilidades de vacacionar, así que podemos recibir a vecinos, vecinas, amigos”, recalca.

“Poder pasarla bien entre todos implica oír a los más pequeños y preguntarles qué quieren hacer. Puede tratarse de salir a tomar un helado o ir a algún lugar, pero siempre pensando que las vacaciones sean un tiempo para pasarlo bien y un real descanso para los padres. La invitación es a escucharnos y a planificar desde el silencio”, propone.

Un cambio que sane mentes y vidas

Marisol Sagredo, psicóloga clínica y especializada en Pedagogía Terapéutica, enfatiza que existe una acumulación de factores que han incidido en que las personas muestren mayor cansancio. “Para que nuestro cerebro descanse, de manera mínima se necesitan de tres a cuatro semanas de descanso”, estima. La profesional agrega que con la pandemia “llegó la incertidumbre y todas las personas tuvimos que adaptarnos, vivir el día a día y ver qué nos decían desde el gobierno y las autoridades sanitarias. Esto hizo que soltáramos el control y que nos sintiéramos perdidos. Y luego llegó un minuto en el que nos dicen que debemos volver a tener el control, retornar a nuestros trabajos y volver a movilizarnos”, describe.

“Tenemos que entender que el descanso desencadena una acción química en la que se liberan endorfinas y se estimulan ciertos circuitos neuronales. Aumentan la dopamina y la serotonina que, increíblemente, son componentes de los antidepresivos que la mayoría de los chilenos ingieren hoy. Podemos ser capaces de estimularlos nosotros mismos, haciendo algo tan simple como descansar”, explica.

Volver al “lugar sagrado”

Aunque Selia Paludo, directora del Centro de Espiritualidad Ignaciana, reconoce que buena parte de la sociedad exhibe un desgaste emocional, mental y físico muy grande, considera que no se ha podido resignificar el descanso como tal. Sí cree que “hay necesidad del descanso y que no es sinónimo de vacaciones. Las vacaciones, para mí, son un tiempo prolongado de descanso. Pero el descanso de calidad lo hago cada día y aprendo a descansar”, postula.

“El descansar hoy es sinónimo de silencio. Estoy de acuerdo en que hay que silenciar (promoviendo) la autocompasión, el quererse, el demostrar compasión por el otro. Darse ese espacio. Este es nuestro gran desafío, pues el descanso es autocuidado personal y familiar, para mí y con los amigos”, recalca.

El ser humano, un ser integral que necesita descanso

“Desde los recursos humanos hay un desafío de entender al ser humano como un ser integral que no puede separar su vida personal, paternal o maternal”, sostiene Carla Velásquez, jefa de Reclutamiento de SmartJob. Añade que la pandemia llevó a hacer cosas nuevas y eso trajo un desgaste en las personas.

“El tener que aprender, y más lo digital, para alguien que no había tenido contacto con un computador, cansa. Lo mismo pasa con una reunión telemática. Creo que cambiamos nuestras rutinas cien por ciento y una de ellas es la resignificación que damos a las vacaciones, porque habrá personas que no las podrán tomar y mantienen la incertidumbre sobre si continuarán trabajando o no. Comunicacionalmente, estamos todo el día escuchando que empresas quiebran. Debemos resignificar lo que implican las vacaciones, que no se limitan a trasladarse de una ciudad a otra”, asevera.

Por esto, precisa, “debemos pensar lo que significa descanso. Debemos descansar entre nosotros y eso es lo que nos falta. Entonces, es necesario humanizar los espacios laborales. No lo sabremos todo, cometeremos errores graves, pero en el fondo, cuando existe una armonía en el equipo desde el entendimiento y el amor, siento que podemos lograr el descanso laboral”.