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Viernes 21 de julio de 2017

Concluye la Semana Teológico Pastoral 2017

Con el mensaje del cardenal Ricardo Ezzati concluyeron las jornadas en que sacerdotes, consagradas, agentes pastorales y laicos, pudieron compartir, reflexionar y escuchar las exposiciones de expertos sobre la temática "Hombre y Mujer, Dios los creó: desafíos a la antropología cristiana”.

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl

En la última jornada los invitados fueron el profesor Antonio Amado, quien habló sobre la ideología de género a la luz de Revelación Cristiana, y Klaus Droste, quien se refirió a la pastoral y los nuevos desafíos de hoy.

El cardenal Ricardo Ezzati dirigió el mensaje conclusivo de la actividad. A través de sus palabras, el Arzobispo de Santiago rescató algunas ideas de las exposiciones de la semana, junto con textos magisteriales del Papa Francisco, Benedicto XVI, San Juan Pablo II y del Concilio Vaticano II. Es así como el obispo invitó a tener muy presente las actitudes planteadas por Francisco en la Exhortación Amoris Laetitia: Acompañar, discernir e integrar. Al mismo tiempo, llamó a propiciar siempre el diálogo, a no marginarnos como Iglesia de lo que sucede en la sociedad, con una actitud empática, pero al mismo tiempo lúcida, para ser testigos y profetas del mensaje de Jesucristo.

Entre los temas reflexionados durante la semana destacaron la antropología y teología del matrimonio, la ideología de género, la libertad religiosa, la familia, la revelación cristiana y los desafíos pastorales.

A continuación se puede revisar el mensaje conclusivo de la Jornada Teológico Pastoral 2017,  del Cardenal Ricardo Ezzati (TEXTO, VIDEO Y AUDIO):

Arquidiócesis de Santiago
Semana Teológica – Pastoral
18 – 21 de Julio de 2017

Hombre y Mujer, Dios los Creó:
Desafío a la antropología cristiana.

CONCLUSIÓN DE LA SEMANA

El días martes, al inicio de la semana teológico –pastoral de este año con el sugestivo título: "Hombre y mujer, Dios los creó: Desafíos a la antropología cristiana", terminaba mi intervención con dos invitaciones que considero fundamentales en este momento de la vida de la Iglesia. Una de ellas es del Papa emérito, Benedicto XVI, escrita con ocasión del funeral del Card. Meisner, Arzobispo emérito de Colonia. Cito: "la Iglesia necesita pastores convincentes que sepan resistir a la dictadura del espíritu del tiempo y, decididamente, sepan vivir con fe y determinación". La segunda pertenece del Papa Francisco que, a propósito del de las ideologías de género, sobre las cuales hemos ahondado en estos días, con meridiana claridad, indica los pasos que los cristianos debemos emprender. Cito: "Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos los aspectos inseparables de la realidad." (Amoris laetitia, 56), invitándonos a cultivar la pasión de "acompañar", "discernir" e "integrar la fragilidad" (Ib. cap. VIII°).

1.- ¿ Por dónde caminar ?

Una de las preguntas que a menudo nos hacemos y nos hacen nuestros contemporáneos es: ¿Cómo servir y cómo dialogar con las personas del mundo secularizado, al cual queremos anunciar la riqueza de la salvación de Cristo, desde nuestra esencial vocación de una Iglesia signo de la persona de Jesús, de su Palabra y de sus gestos de salvación y de misericordia? De manera especial, la pregunta está dirigida a los Obispos, al clero y a toda la comunidad eclesial.
Les ofrezco algunas pistas pastorales, deseando que sean un estímulo para su ulterior reflexión y acción. Son pistas reflexionadas y ofrecidas, especialmente, desde el Vaticano II.

Lo escuchado en estos días, nos ha dicho que no se trata sólo de discusiones académicas, teorías que se plantea en las aulas de las Universidades, sino, por el contrario, de interpelaciones con matices sutiles; en algunos casos, planteadas engañosamente, con una clara intencionalidad de subvertir los fundamentos esenciales de la concepción antropológica cristiana, utilizando conceptos equívocos a los que se les asignas significados ambiguos que, a primera vista parecieran proponer valores legítimos. A todo cristiano, de manera especial los pastores, se le pide estar dispuestos a dar razón de la esperanza, frente a quien lo pida. (Cf. 1 Pt 1, 15).

2.- El camino del dialogo.

Las preguntas no se refieren solo al "como", es decir, a la metodología pastoral, sino también al "qué", es decir, la verdad revelada y al "quienes", es decir, a los destinatarios, es decir, los hombres y las mujeres de hoy, que viven en un mundo plural, cada vez más secularizado y cada vez más avasallado por tantas "verdades" a los cuales anunciar "la verdad". En su primera Carta, arriba citada, San Pedro nos interpela con estas palabras: "honren a Cristo como Señor de sus corazones. Estén siempre dispuestos a defenderse si alguien les pide explicaciones de su esperanza, pero háganlo con modestia y respeto..."; "hacedlo con dulzura y respeto". "Mantened una buena conciencia, para que aquello mismo que os echan en cara, sirva de confusión a quienes critiquen vuestra conducta en Cristo. Pues vale más padecer por obrar bien, si esa es la voluntad de Dios, que por obrar mal."(Ib).

Para adentrarnos en el "que", en el "quienes" y en "como" dialogar con las realidades analizadas en estos días, parto de la enseñanza de la Constitución "Gaudium et Spes", que señala las riquezas del anuncio cristiano y el lugar desde donde la comunidad cristiana debiera ubicarse, frente a las corrientes que pretenden ser vehículo de nuevas culturas para los hombres y mujeres de hoy. Podemos observar que, desde su primer número, la Constitución, evidencia la relación entre los dos sujetos: la Iglesia y el mundo. La Iglesia se presenta a sí misma en el mundo, dentro del mundo, no al lado o en contraposición con el mundo. El texto es conocido: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de los que sufren, son a la vez, gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. No hay nada verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón" (GS 1).

Destaco que el Concilio no solamente habla de diálogo, indica también itinerarios concretos a seguir, ofreciendo indicaciones iluminadoras, también para el hoy de nuestro servicio evangelizador. Indico tres de ellas:

2.1.- Optar por el diálogo. En primer lugar nos insta a optar siempre por el diálogo. Asumir como punto de partida el reconocimiento de que "la Iglesia está en el mundo" para anunciar la Buena Noticia, para ser portadora de la novedad del Evangelio que salva y ofrece esperanza. Fueron las palabras del Papa Juan XXIII inaugurando la 1ª sesión del Vaticano II. Cito sus palabras: "Siempre la Iglesia se ha opuesto a los errores, a menudo los ha condenado con la máxima severidad. Ahora, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia, más que la severidad... levantando la antorcha de la verdad religiosas, quiere mostrarse madre amorosa de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y bondad, también hacia los hijos separados de ella" (Cfr. Juan XXIII, Discurso de apertura, 11 de Octubre de 1962). Optar por el diálogo significa optar por una actitud que asume la connotación de "solidaridad": "La Iglesia se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia" (GS1) y optar por una actitud de cooperación con el mundo: "El pueblo de Dios..., no puede dar prueba mayor de solidaridad, respeto y amor a la familia humana que la de dialogar con ella acerca de todos estos problemas, aclarándolas a la luz del Evangelio..."(GS3). En esta línea se pondrá el Papa Pablo VI en su primera Encíclica "Ecclesiam suam".

2.2. - Diálogo como reciprocidad. El Vaticano II nos anima a asumir una segunda opción, iluminadora también para nosotros, afirmando que el diálogo exige reciprocidad. Y la reciprocidad no es ingenuidad, sino capacidad de escuchar, discernir y saber ofrecer el don de la propia fe y de las convicciones más profundas que brotan de la Palabra de Dios. En efecto, "la experiencia del pasado, el progreso científico, los tesoros escondidos en las diversas culturas, permiten conocer más a fondo la naturaleza humana, abren nuevos caminos para la verdad y aprovechan también a la Iglesia."(GS 44). Aún más: "es propio de todo el Pueblo de Dios, pero principalmente de los pastores y de los teólogos, auscultar, discernir e interpretar con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina...". Sin embargo, no podríamos hablar de reciprocidad, si se olvidara o excluyera el gozo y la responsabilidad de ofrecer el anuncio de "la alegría del Evangelio" y "la predicación alegre, paciente y progresiva de la muerte y resurrección salvífica de Jesucristo" como prioridad absoluta (Francisco, en EG 110).

2.3.- Diálogo como servicio. Finalmente el vaticano II° invita a ver el diálogo como servicio, un fecundo servicio para evangelizar a los hombres y mujeres de hoy y ofrecerles caminos de auténtica humanización. Frente a las "preguntas angustiosas" de los contemporáneos, sin "ambición terrena alguna", el Concilio ofrece "la sincera colaboración de la Iglesia" para lograr la fraternidad universal que corresponda a su altísima vocación humana. La Iglesia "sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo a dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido" (Cfr.GS 3).

El diálogo aparece como una expresión de la mediación de la "diakonía" de la Iglesia. Claramente no como simple estrategia, sino una forma de servicio que la Iglesia, a imitación de Cristo, ofrece al mundo y a la historia: el servicio a la Verdad.

3.- Actitudes espirituales y pastorales que suscita la opción por el diálogo.

Finalmente el Concilio destaca algunas actitudes espirituales que favorecen el diálogo. Indico tres de ellas:

3.1.- La actitud de diálogo pide que la Iglesia no camine "al margen", "en paralelo" o "en contra del mundo".

No nos debiera preocupar demasiado que los medios de comunicación de masa, mundiales y nacionales (¡no lo hacen nada mal!) se deleiten en presentar a la Iglesia, al papa, a los católicos como "oscurantistas", "fundamentalistas", "talibanes" o como representantes de las posturas más "retrógradas", "conservadoras", "de otra época" o de la "edad media".

Nos debería preocupar, en cambio, que el Evangelio no sea acogido como Buena Noticia; que no logre "transformar desde adentro, y renovar la humanidad" (Cfr. EN 18), ya que nuestra misión "es evangelizar–no de manera decorativa, como un barniz superficial, sino de manera vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces." (Ib). Se trata de "inculturar" el Evangelio.

3.2.- La actitud espiritual y pastoral de diálogo pide que los cristianos seamos lúcidos testigos y profetas de la Verdad de Jesucristo.

El acercamiento empático y la disponibilidad para el diálogo con el mundo secularizado, deben ser acompañados, siempre, por el lúcido y valiente anuncio de la Verdad de Jesucristo y del Evangelio. La esperanza cristiana se funda en Dios, que es el "Dios de la Esperanza" (Rom.15, 13), Jesucristo y su Evangelio transmitido por la Iglesia y vivido en la Iglesia. La Exhortación Apostólica "Evangelii Nuntiandi" afirma, con mucha claridad, que "el núcleo vital de la Nueva Evangelización ha de ser el anuncio claro e inequívoco de la persona de Jesucristo, es decir, el anuncio de su nombre, de su doctrina, de su vida, de sus promesas y del reino que Él nos ha conquistado a través de su misterio pascual" (Ib.66).

3.3.- La actitud espiritual y pastoral de diálogo, nos pide ser discípulos misioneros "pedagogos", que sepan acompañar y hacer crecer la fe.

Me detengo finalmente en un tercer aspecto que reclama de nuestra especial atención: se trata de la pedagogía, del itinerario pedagógico para anunciar y defender la Verdad. Aquí se encuentra, tal vez, uno de los problemas más delicados que estamos llamados a enfrentar como Iglesia, hoy y en Chile. La sociedad chilena es, cada vez más pluralista, por lo que es importante no cerrar los ojos frente a esa realidad y buscar adecuados itinerarios pastorales para el primer anuncio y la educación de la fe, del mensaje evangélico de Jesucristo.

En la Carta Apostólica "Novo Millenio Ineunte", Juan Pablo II se preguntaba: ¿"Podemos quedar al margen" de esta misión de la Iglesia? Su respuesta sigue siendo desafiante hoy. Cito: "muchas son las urgencias ante las cuales el espíritu cristiano no puede permanecer insensible...". "Nosotros como cristianos tenemos el deber de desarrollar el diálogo, ofreciendo el pleno testimonio de la esperanza que está en nosotros (cfr. 1 Pt 3,15). No debemos temer que pueda constituir una ofensa a la dignidad del otro lo que, en cambio, es anuncio gozoso de un don para todos, y que se propone a todos con el mayor respeto a la libertad de cada uno". (NMI, nn.51, 56).

7.- Conclusión:

Gracias por esta semana necesaria y motivadora. Gracias a la Vicaría de Pastoral con su Vicario y los diferentes colaboradores que nos han ofrecido un ambiente grato, profundo y fraterno. De manera especial, gracias a los expositores, cristianos laicos, con excelente competencia profesional y sentida calidez humana: un servicio muy fecundo. Gracias, muchas gracias.

Para todas y todos abundantes bendiciones.

Card. Ricardo Ezzati Andrello, sdb
Arzobispo de Santiago