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Lunes 8 de abril de 2019

Laicas y laicos compartieron los desafíos de ser Iglesia Pueblo de Dios hoy

Este sábado se efectuó en el colegio Sagrados Corazones la Jornada de Laicos, encuentro que invitó a profundizar en lo que significa ser Iglesia Pueblo de Dios y la interpelación que plantean las Acentuaciones Pastorales 2019-2020.

Fotos: Jorge Salomón - Rodolfo Quezada

Periodista: Marcela Maldonado

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl/

Luego de la oración inicial de la jornada, se invitó al Padre Eduardo Pérez Cotapos y al teólogo Fernando Berríos a participar de un panel que motivó la reflexión de los temas.

La reflexión del Padre Eduardo tuvo como punto de partida el Concilio Vaticano II destacando que “la humanidad entera proviene  de Dios, es amada y salvada por Dios y no hay seres humanos de primera ni segunda”.

En su exposición el sacerdote se refirió a las consecuencias pastorales de ser Iglesia  Pueblo de Dios, señalando que la iglesia no posee la exclusividad de la salvación, "de ahí la importancia que consideremos hermanos de camino a muchos no creyentes”.  En este plano también planteó que “una iglesia sin misión pierde el sentido”, y que “ser creyente no es un privilegio, es una tarea, una responsabilidad, es ser llamados a una misión; la de hacer presentes el amor y bondad de Dios en medio de la humanidad”.

Ser pueblo de Dios, continuó, es ser un pueblo peregrino, caminante, conducido por Él y donde “todos somos igualmente dignos, desde el Papa al recién bautizado y somos  libres”. Además destacó que la ley de este  pueblo es el mandato al amor y su finalidad es construir el reino, “predicar la humildad y abnegación con nuestro ejemplo”.

Aludiendo al Papa Francisco, el Padre Eduardo finalizó su intervención diciendo que hoy el desafío en la Iglesia es aprender a caminar en común.

A continuación, Fernando Berríos, profesor de teología de la Universidad Católica se refirió a los desafíos de ser pueblo de Dios hoy.

En primer lugar planteó la necesidad de discernir de manera personal y como comunidad cuál es la vocación de cada cristiano para la vocación común.

“Es un muy buen momento para pensar nuestra coexistencia en la vida de la iglesia. No basta con reaccionar al mal que ha hecho el clericalismo, el mal ejercicio del poder, es necesario replantear el estilo de relaciones interpersonales que hemos cultivado, obviamente en un estilo determinado por una conformación institucional jerárquica y esto pasa por repensar los roles al interior de la iglesia, que la iglesia se mas una comunidad de hermanos que de padres en la fe”.

En segundo lugar expresó la importancia de apurar el paso a la adultez del cristiano y en especial del laico, “para eso se necesita formación y experiencia de participación e implica mayor compromiso de los laicos”.

En tercer nivel hay que pensar la función pastoral asociada al rol del ministro ordenado, dijo. “Diversos factores, la escasez de vocaciones presbiteriales, la pérdida de credibilidad de la institución eclesiástica presionan a ser más creativos, a considerar fórmulas nuevas en donde pueda encarnarse el sacerdocio común de los fieles”. Por último, señaló, está el desafío de no ceder a la tentación de aislarnos como grupos al interior de la iglesia .

En un segundo momento y en atención a la  acentuación pastoral: Iglesia samaritana que practica el buen trato, la prevención de abusos y reparación a las víctimas se presentó el trabajo de la delegación de Verdad y Paz.

Su delegada, Andrea Idalsoaga compartió su reflexión. “La Delegación para la Verdad y la Paz quiere ser reflejo de esta Iglesia samaritana donde no solo quiere curar las heridas del caído, del herido. Queremos hacer más. Estamos trabajando para que actuemos de una manera distinta, eficiente rápida para reparar el daño de este acto tan deleznable como es el abuso”.

La voz de laicas y laicos en la jornada

Sobre los temas reflexionados durante la mañana, Roxana Jáuregui, del colegio Sara Blinder, comentó, “pienso que todos somos iglesia, somos todos los que tenemos que tomar las decisiones pero mientras no abramos las puertas de par en par no vamos a hacer nada. Le pediría a la iglesia transparencia, apertura, disposición a trabajar con los laicos”.

Patricio Farías, de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, de Maipú, expresó la necesidad de mayor participación de los laicos. “Los laicos a veces en los consejos parroquiales no hacemos valer mucho nuestra opinión, participamos pero no decidimos. Creo que todo camino es difícil pero siempre se llega a buen puerto”.

Beatriz Larraechea, de la Parroquia Santa María de Las Condes también compartió su impresión de la jornada. “La forma de hacer la iglesia nueva, sobre todo en las relaciones horizontales entre la jerarquía y los laicos no es fácil, repensar que nuestra misión bautismal nos hace estar en el mismo nivel de la jerarquía es nueva y tenemos que adaptarnos, ser capaces de estar formados y actualizar las experiencias de la iglesia. Me siento invitada a replantearme y esto hacerlo llegar a muchos que todavía estamos en el esquema antiguo”. 

La jornada de Laicos - en la que participaron alrededor de 300 personas representantes de las diversas comunidades de Santiago- fue conducida por el Vicario para la Pastoral, Héctor Gallardo, y continuó por la tarde abordando las demás acentuaciones pastorales.

Revisa las Acentuaciones Pastorales 2019-2020 aquí