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Viernes 26 de julio de 2019

Enviado del Arzobispado de Santiago visita Tacna para solidarizar con migrantes

El padre Lauro Bocchi, del Instituto Católico Migrante INCAMI, se trasladó hasta la frontera para solidarizar con los migrantes que se encuentran apostados en el lugar.

Como "Carpitas" fue bautizado el campamento temporal de migrantes, por los más de 100 niños que deambulan todos los días por las afuera del consulado chileno en Tacna. Según cifras extraoficiales entregadas por las instituciones que les prestan ayuda, son cerca de mil los ciudadanos venezolanos que están en la ciudad peruana a la espera de una hora en la sede diplomática para optar a una visa y poder ingresar a territorio nacional.

Desde el pasado 22 de junio el Gobierno de Chile exige a los ciudadanos venezolanos que quieren entrar al país una visa de turismo. Por ello, cientos de familias se vieron obligadas a instalarse con carpas en las afueras de la sede diplomática mientras esperan una respuesta que les permita ingresar Chile.

Lo cierto es que el frío, el hambre, el no tener dónde dormir y la incertidumbre de no saber qué ocurrirá con sus vidas, ha terminado por desesperar cada vez más a muchos venezolanos que ya cumplen más de un mes en condiciones inhumanas.  

Érica Valencia viaja junto a sus tres pequeños hijos y sueña con llegar a reencontrar con su esposo que ya está en Chile. Por más de 10 días viajó por tierra hasta Perú y ya cumplió más de 20 días a la espera de una respuesta de las autoridades del Consulado chileno. "Se me enfermó la bebe pequeña y tuve que pedir asilo con un familiar. Ya no podían tenernos más allá y tuve que regresarme nuevamente a Tacna. No nos han dado respuesta de nada, yo no tengo dinero. La situación en Venezuela está muy frustrante, yo tenía mi trabajo y mi esposo me mandaba dinero pero no me alcanzaba, la comida y todo está demasiado caro. Ayer nos mojamos por la lluvia. Somos un grupo de venezolanos que salimos de nuestro país no con el afán de dañar Chile, sino con el afán de ver prosperar a nuestra familia, la gran mayoría de los que estamos aquí necesitamos reunificación familiar, tenemos a nuestros esposos y familias en Chile, tenemos quien nos cobije, quien nos reciba. Pedimos por todos estos niños, que están pasando fiebre, bronquitis y frio, por favor pónganse la mano en el corazón los ciudadanos chilenos, sé que muchos piensan que somos una carga para ustedes, nosotros no queremos ser carga, queremos ir a trabajar, a luchar por nuestras familias y tener una estabilidad aunque sea momentánea por mientras nuestro país se levanta", comentó emocionada en las afueras del consulado chileno mientras esperaba en una fila de más de 600 personas para ser atendida junto a sus pequeños hijos.

El padre Lauro Bocchi, vicepresidente del Instituto de Católico de Migración, INCAMI y representante del Arzobispado de Santiago, viajó hasta la ciudad de Tacna para conocer en persona la situación, acompañar y ver cómo la Iglesia de Santiago puede ayudar a que los ciudadanos venezolanos tengan un mejor pasar mientras esperan una solución.

“Esta realidad moralmente nos involucra a todos. Los que están aquí tienen la esperanza de poder pasar a Chile y especialmente llegar a la capital, por lo tanto, es fundamental que como Iglesia de Santiago los acompañemos y estemos atentos a esta nueva realidad que el país vive. Desde el 22 de junio cuando se implementó esta nueva visa, la emergencia fue creciendo y hoy tenemos aquí a más de mil personas que están buscando un sueño. No podemos dejar de ayudarlas, en este momento están necesitando de nuestra presencia y ayuda concreta”, dijo.

Además, se refirió a la situación de incertidumbre que viven los ciudadanos venezolanos debido a la poca información que se les da por parte de las autoridades chilenas. “Cada día parece que los criterios cambian, cada día hay una información distinta y eso causa un malestar, un problema. Además de todo lo que están pasando, vivir en carpas, con el clima, no saben lo que va a pasar futuramente, no tienen información, no hay un criterio que realmente regularice y que oriente a estas personas. Lo que más queremos es que tengan dignidad, tengan la posibilidad de sobrevivir y de realizar a mediano y a largo plazo sus sueños”, finalizó el sacerdote de la Iglesia de Santiago.

Al continuar, Bocchi realizó una visita por las carpas, donde de forma espontánea surgió un momento de oración junto a los ciudadanos venezolanos, que los ayudó a mirar con esperanza la crisis humanitaria que están viviendo.

En tanto, los migrantes que no están durmiendo en las afueras del consulado, han conseguido hospedaje gracias al trabajo coordinado de distintas instituciones de Iglesia que han puesto a disposición albergues y comedores solidarios. Incluso, dos iglesias que dependen del Obispado de Tacna, han abierto sus puertas para acoger cada noche a más de 300 personas.