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Viernes 9 de agosto de 2019

Misiones y trabajos de invierno: Dar testimonio de que Cristo vive

De norte a sur, de cordillera a mar. Así de extremas son los misiones que miles de jóvenes realizan año tras año a lo largo del país. ¿Qué los motiva a darlo todo en lugares recónditos y alejados? ¿Por qué dedicar tiempo a algo gratuito y cansador? Un grupo de ellos nos demuestra por qué esto vale la pena.

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

"Las misiones son un tiempo de Dios en donde podemos compartir nuestras experiencias de fe y podemos evangelizar a los alumnos y a la gente del sector, pero, por sobre todo, salir evangelizados nosotros". Así grafica Nicolás Meriño lo que significa experimentar una de las tantas misiones donde miles de jóvenes se ponen al servicio de distintas comunidades del país.

La tarea no es fácil, nos cuenta Nicolás. "Yo empecé con las misiones a los 19 años el 2012, y a los 23 ya era coordinador. El trabajo para realizar cada una de ellas es inmenso. Por ejemplo, las misiones de julio se empiezan a preparar en abril con cada uno de los encargados de zona, pero uno desde el interior se prepara de mucho antes".

Devolviendo esperanza

En la Universidad Católica, las misiones son un sello característico. Cada año y durante las semanas de vacaciones de invierno, miles de estudiantes desarrollan diferentes proyectos e iniciativas a lo largo del país. Misión de Vida, Trabajo País y Siembra, congregan a un masivo número de estudiantes que permite "compartir una experiencia de fe y de vida".
Así, junto con las actividades pastorales, se realizan más de 15 diferentes iniciativas que incluyen proyectos en las áreas de la educación, promoción y atención de salud, asesoría legal, construcción de viviendas, apoyo a iniciativas municipales, entre otras.

Siembra UC por ejemplo, nació de la inquietud de un grupo de jóvenes por integrar las voluntades de escolares y universitarios para trabajar juntos por Chile y su Iglesia. Así, este año y con el slogan "Unidos en Cristo, seamos fuego de santidad", convocó a 524 alumnos de 3ro y 4to medio, para entregar una semana de sus vacaciones al servicio de Dios y el prójimo.

Trabajo País, en tanto, este año alcanzó 40 zonas de norte a sur movilizando a 1.282 jóvenes universitarios a lo largo de Chile. Con el lema "Con esperanza y alegría, seamos Iglesia Viva", no sólo construyó espacios de encuentro en comunidades del país, sino, haciendo a sus voluntarios, protagonistas de la construcción de un país más unido y santo. Desde 2006 a la fecha, han sido testigos de cómo el trabajo y la entrega por el prójimo une a personas y cambiando realidades, además de formar voluntarios para toda una vida.

Misión de Vida desde el 2009, es una invitación a vivir una experiencia personal y comunitaria de encuentro con el Señor, para recomenzar desde Cristo y en el espíritu de las primeras comunidades, a ser sus discípulos misioneros, de tal manera que nuestros pueblos en Él, tengan vida. Por ello, este año, 274 jóvenes se animaron bajo el lema "Valientes por Cristo, levantemos nuestra Iglesia", a visitar diversos lugares de Chile para compartir un mensaje de esperanza en Cristo.

Ir a las periferias

En el caso del DUOC, desde el 13 y hasta el 21 de julio se realizó una nueva versión de este importante proyecto pastoral, que este año convocó a más de mil jóvenes de las 17 sedes que posee la institución. La tarea es una, ir a los lugares más necesitados del país para testimoniar el amor de Dios a todos los hombres mediante la entrega solidaria, especialmente en los más débiles y desfavorecidos de la sociedad.

Misiones Solidarias, por ejemplo, es un proyecto de evangelización de la Pastoral Duoc UC, donde los alumnos ponen al servicio de distintas comunidades del país sus talentos, mediante el desarrollo de proyectos solidarios, las visitas casa a casa, la vida celebrativa y el desarrollo de talleres para la comunidad. Además, durante el desarrollo del proyecto, los jóvenes desarrollan importantes competencias para su futuro, como capacidad de trabajar en equipo; de motivar y conducir hacia metas comunes; habilidades interpersonales; identificar, plantear y resolver problemas; capacidad creativa; responsabilidad social y compromiso ciudadano.

Pero hay algo más que se gana en todo esto y Nicolás lo tiene claro. "Si bien la crisis que vive la Iglesia forma parte de los errores humanos, no podemos olvidar que la Buena Noticia viene de Dios, por lo tanto, no podemos dejar de anunciar eso a todo el mundo. Tenemos que ser nosotros los jóvenes, quienes cambiemos la realidad eclesial del país".

Nicolás sólo saca cuentas alegres. Esta fue su decimocuarta misión. Para él, cada misión siempre será un nuevo desafío, pero la recompensa eterna e inolvidable. "La comunidad siempre está muy agradecida de lo que aportamos, porque siempre vamos a sectores donde no todos llegan y arreglamos lugares que nadie arregla. Llevo 14 misiones y la mejor siempre es la primera. En mi caso fue en la Isla Huar. No había agua potable, había dos baños para 94 personas y dormimos en un granero", concluye.

"Acompañar al Señor siempre trae gozo"

Manuel Hinojosa estudia Ingeniería en Prevención de Riesgo en Duoc Melipilla. Tiene 23 años y esta es su octava misión. El sábado 13 de julio llegó, junto a 36 jóvenes, hasta el pueblo de Chalinga, sector de Salamanca, Coquimbo, para servir al otro, "ese otro que es Cristo", dice. "Si bien cada misión es distinta, el factor común es el amor de Cristo. El amor que uno entrega y el amor que uno recibe en la comunidad que visita. Estar alejado de la tecnología, de las comodidades, sirve mucho para entender que hay otras realidades adversas cerca de uno y que las debemos aprender a conocer", expresa.

Ese mismo 13 de julio, pero en el Santuario Nacional de Maipú, el Administrador Apostólico de Santiago, Celestino Aós, despedía a miles de jóvenes de Duoc UC y de la Universidad Católica que salían a misionar. Entre ellos, Manuel Hinojosa, que escuchó atentamente las palabras del obispo que hablaba de la elección. "Él los ha elegido para que con sus obras, testimonien la fe entre sus hermanos. Que sea una experiencia gozosa, porque acompañar al Señor siempre trae gozo, y que sus palabras y acciones lleven vida. Pero quiero recordarles que la misión no va terminar cuando ustedes regresen, entonces tendrán una segunda misión, que es compartir la experiencia que han vivido y animar a otros jóvenes que se sumen", les dijo el pastor.

Paralelamente, en el Campus San Joaquín, monseñor Cristián Roncagliolo, Obispo Auxiliar de Santiago, destacó: "Cada uno de ustedes, queridos jóvenes, están partiendo a ser misioneros, a ser testigos y a aprovechar esta instancia para renovarse en la fe y para dar testimonio de Cristo, que murió y resucitó por nosotros. Estén enchufados con Cristo, ser Iglesia con unidad y ser jóvenes alegres. Vivimos una crisis profunda en la vida de la Iglesia y estos trabajos y misiones son una instancia de renovación. Contagien su alegría y el amor de Dios con todos con quienes compartan".

Manuel sabe que han sido días extenuantes, pero de una riqueza inigualable. "Como equipo, me ha sorprendido la motivación de los jóvenes, ver que hay muchos que están dispuestos a darlo todo. De Chalinga, nos sorprendió el recibimiento y las enseñanzas que uno se lleva. Son verdaderos testimonios de fe y de vida que impactan bastante".

Poco a poco se acaban los días de misión. Fueron miles de jóvenes, cientos de lugares y miles de experiencias. Se pusieron al servicio de Chile y de la Iglesia. De punta a punta fueron por el país sembrando esperanza por medio de la construcción de distintos espacios, no sólo para compartir en comunidad, sino que para entregar sus testimonios de fe.

Corporación Santo Tomás: Al servicio de las necesidades

Los trabajos voluntarios de invierno también son un sello de la Corporación Santo Tomás. Desde el 21 al 27 de julio más de 500 estudiantes entre la universidad, el instituto profesional y el centro de formación técnica, recorrieron nueve zonas del país, entre San Pedro de Atacama y Puerto Natales. Recuperación de espacios públicos, limpieza de canales, ampliación de viviendas, pinturas en colegios y jardines, además de la construcción de juegos infantiles, huertos y techumbres, entre otras labores, marcaron la vida de estos cientos de jóvenes.

Juan Pablo Jacir, director de Gobierno Estudiantil y Acción Social de la corporación, sabe que ir más allá de la enseñanza pedagógica es clave para que los jóvenes se comprometan con la sociedad. "Nosotros tratamos de involucrar al área académica, por ende, también hacemos intervenciones y operativos por carrera. Es decir, los estudiantes de Veterinaria se preocupan de la desparasitación de mascotas; las áreas médicas ven temas de kinesiología, podología, lo que fortalece aún más el trabajo y hacemos una intervención bastante amplia", describe.