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Sábado 10 de julio de 2021

“Doy gracias a Dios porque me permite asociarme a la misión de Jesús”

A las 16:00 horas de este sábado 10 de julio, Martín Echeverría Vidal recibió su ordenación sacerdotal de manos del cardenal Celestino Aós. La eucaristía, que se desarrolló en la Gruta de Lourdes, contó con el aforo permitido para estas celebraciones y transmitida por medio de las redes sociales de Iglesia de Santiago.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Al igual que en la mañana de este sábado con la primera ordenación, la eucaristía partió con la lectura del decreto y el diálogo entre el rector del Seminario Pontificio de Santiago, monseñor Cristian Castro y el obispo, para dar paso a la liturgia y posterior exhortación del cardenal Aós.

En su homilía, monseñor Aós le pidió al recién ordenado que no pierda el rumbo ante los avatares de este mundo: “No te desenfoques, nunca te canses de proclamar y celebrar que Jesucristo ha resucitado, que ha vencido el pecado y el mal. Los sacramentos que celebrarás son signos con un significado. Pero son realidad: Jesucristo vence en nosotros al mal, Jesucristo nos da la salvación”.

El cardenal por medio de su ministerio, le adelantó que habrá una dura cruz, pero que, desde ahí, “se pasa a la victoria, a la vida definitiva. No nos acobardamos, no tengas orgullo, pero tampoco tengas miedo. El Señor está contigo. Te ofrecerán roles de líder social, de organizador y de opinólogo. Sé sacerdote. Trata de ser un buen sacerdote”, le advirtió.  

Luego, le recordó la garantía de la vida eterna por medio de los misterios de Dios. “Derramarás un perdón que no es tuyo y que tendrás que envolver en tu propia forma de ser y tu carácter. Ser misericordioso es dolerse con el pecado y el mal que encontramos en el hermano y el terrible mal de haber ofendido a Dios”.

Por último, le aconsejó: “Cree en los sacramentos. Celebra dignamente los sacramentos. El pueblo de Dios tiene derecho a que le des la auténtica liturgia que no se acartona en ritualismos inflexibles. Aparecerán resistencias a la tarea que nos espera o al destino que nos ofrecen, pero estará la palabra de Dios”.

Tras los signos propios de la ordenación y la comunión con los santos, el padre Martín recibió de sus padres los ornamentos propios del sacerdote y que lo envisten como un nuevo presbítero para la Iglesia de Santiago.

Doy gracias a Dios

El recién ordenado padre Martín, y bajo su lema sacerdotal “Ésta es la vida eterna: que te conozcan a Ti” (San Juan), agradeció al Señor el momento vivido y a quienes, con el aforo permitido, pudieron ser testigos de su ordenación: “Hoy, al comenzar este ministerio, doy gracias a Dios porque, a través de esta vocación que me ha llamado, permite asociarme a la misión de su Hijo en este momento particular de la historia. No son tiempos fáciles, son tiempos especiales, por la crisis sanitaria y los cambios sociales y políticos que vivimos y que marcarán el futuro de nuestra patria, y con preocupación veo que son cada vez menos los que reconocen a Cristo como salvador”, analizó.

Dichosos de alegría

Rafael Echeverría, padre del nuevo presbítero, repasó todo este camino de espera para llegar hasta acá: “Son muchos años rezando y esperando por este hijo sacerdote y estamos muy felices. Son tiempos difíciles como dijo él, pero siempre hay que estar preparados para todo lo que venga y con un hijo sacerdote es más fácil. Es mucha la emoción al ver todo esto que está pasando”.

Alicia Vidal en tanto, su madre, agregó que “es un premio enorme que Dios haya estado en nuestra casa y que haya escogido a uno de mis hijos. Premio que quizás no merecemos. Fue siempre un niño muy especial desde chico y siempre vimos que la vocación venia”. 

Primera misa: El sacramento del orden sacerdotal y de la eucaristía están íntimamente relacionados

24 horas exactas después de su ordenación, es decir a las 16:00 horas de este domingo 11 de julio, y en el mismo lugar que lo vio revestirse de sacerdote (Gruta de Lourdes en Quinta Normal), el padre Martín Echeverría celebró su primera eucaristía en compañía de un aforo reducido compuesto por familiares y amigos cercanos.

Lo hizo emocionado y nervioso, tal como lo expresó en su homilía: “La primera misa de un sacerdote es un momento de gracia. Tradicionalmente, los creyentes no solo participamos de la misa de ordenación sacerdotal, sino también de las primeras misas de los nuevos sacerdotes. Y no lo hacemos por mera curiosidad, como si se tratara de ir a ver un debut -confío que esa no ha sido la motivación de quienes están aquí-, sino que hay una razón más profunda y espiritual”, comenzó.

Sobre su nuevo ministerio, el padre Martín anunció a los asistentes presenciales y virtuales que seguían la misa por redes sociales, que “por fe, creemos hoy, que Dios se sirve de mis manos, de mi voz, de toda mi persona para que en nombre de Cristo pueda consagrar el pan y el vino, que verdaderamente se convertirán en unos momentos más, en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Es verdaderamente un milagro que nunca debiera dejar de asombrarnos”.

Luego, pidió en este día tan especial, que Dios regale siempre la fe a través de la eucaristía y, “que cuando vayamos bien dispuestos para comulgar, no pensemos jamás que recibimos una hostia cualquiera, sino que tengamos conciencia de recibir al mismo Jesús. En cada comunión está Jesús que nos espera para hacernos suyos, que nos atrae, nos quiere comunicar el perdón, su reconciliación, su paz, su alegría”, dijo

A la luz del Evangelio de Marcos (6, 7-13), el nuevo sacerdote exhortó: “Es el caso de los 12, que, animados por Jesús, son elegidos y enviados. Cristo Jesús los habilita, les da autoridad y les permite participar de su intimidad sacerdotal. Los envía a santificar. Jesús nos invita a santificar nuestra propia vida y ser instrumento de santificación del mundo que nos toca. Santificar, sacralizar, permitir que Dios se haga presente en nosotros, que Dios esté presente en todo”.

En esa línea, añadió: “Jesús también pide entrar en las casas. El sacerdote no es un dispensador de ritos que espera en su parroquia a que la gente llegue. Somos misioneros llamados a ir a buscar”.

El padre Raúl Bascuñán, párroco de Santa Cruz de Mayo, parroquia que acoge al nuevo presbítero, agradeció a Dios por este nuevo sacerdote para la Iglesia: “Gracias por el sí que le has dado al Señor. Hoy nos regalaste lo eucaristía gracias a la consagración que recibiste ayer como sacerdote. Gracias por tener ese anhelo profundo de que el mundo conozca el Padre. Te pedimos que nos muestres a Jesús, que nos lleves a Jesús, que nos des su misericordia y reconciliación. Lleva esperanza a los hogares y a las familias que han experimentado la muerte, llevándoles la resurrección y que visites esos hogares que están tristes por la desesperanza, el hambre y la soledad. Cuenta conmigo y la comunidad para todo lo que necesites”, pidió.

Alicia Echeverría, hermana del nuevo sacerdote, comentó tras la misa su emoción por lo vivido: “Es una alegría enorme y demasiado emocionante. Estamos muy felices, siempre supimos que sería un sacerdote. Se nos viene a la mente el recuerdo de mi abuela al verlo desde el altar. Espero y creo que será un santo sacerdote”.  

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