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Artículo

Lunes 16 de marzo de 2020

El legado de Mariano Puga

Familia, amigos y comunidades de varias partes de Santiago se reunieron para dar el último adiós a Mariano Puga, en una Fiesta de la Resurrección que se vivió de la misma forma en la que el sacerdote vivió: con espiritualidad y celebración.

Fotos: Camila González

Periodista: Vanessa Yegres

A las 18:30 horas del domingo 16 de marzo la calle José Arrieta ya estaba repleta desde la Avenida Tobalaba hasta la entrada de Villa Grimaldi. Cientos de amigos de Mariano Puga, conocido de forma muy cercana por la gente como el "cura obrero", llenaban la calle, sosteniendo carteles con consignas referentes a la lucha social, mensajes de cariño y despedida. Pero esta no fue una despedida sombría, era una celebración, tal como lo él mismo lo dispuso.

El canto "Mariano, amigo, el pueblo está contigo" retumbó durante el viacrucis en las calles que llevaba sus restos hasta Villa Grimaldi, donde con acordeones, guitarras y panderos la gente esperaba para iniciar la conmemoración que, al arribar en el recinto, continuó hasta una carpa donde la orquesta Amigos de Mariano esperaba para iniciar la celebración, llena de música, arte y comunidad.

Comenzó con un aplauso muy fuerte, una explosión de vida. La orquesta empezó a tocar, pasando por piezas como 'Finlandia' del compositor Jean Sibelius y terminando con 'El pueblo unido jamás será vencido' de Inti Illimani, para la cual todos los asistentes acompañaron a la orquesta cantando al unísono.

Entre la multitud, hubo muchas emociones: risas y celebración, llanto y pena, nostalgia entre las comunidades que durante tantos años lo acompañaron. Su legado fue el de la "Iglesia con el pueblo" según lo señaló Pedro Lautaro, asistente a la Fiesta de Resurrección, quien expresó que él era "un cura que realmente le llega a la gente, el cura que necesita la gente, sobre todo en tiempos difíciles, tal como lo fue el cardenal Silva Henríquez en la época de dictadura (...) por eso le echaremos tanto de menos, pero lo importante es que gente joven y de generaciones nuevas están conociendo el trabajo que ellos hicieron y eso es importante en los tiempos tan difíciles que estamos viviendo. Su legado, su figura son ejemplo a seguir y por eso hay que estar agradecidos".

Por otro lado, Magdalena Ross indicó que, para ella, el sacerdote "es el hombre que enseñó a unir a los sectores sociales y políticos y nos enseñó el amor profundo, hacia las personas y hacia el Evangelio de Jesús de Nazareth".

A pesar de las emociones, la presencia de Mariano Puga estuvo latente durante toda la noche. Se compartieron anécdotas, abrazos fraternales y lo más importante, se celebró la vida de un religioso entregado al servicio del Pueblo de Dios, entre expresiones artísticas y musicales, evidenciando que su legado más importante siempre fue y seguirá siendo el mismo: la unidad.