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Martes 7 de julio de 2020

Reflexiones de la Iglesia post pandemia en el cuarto Martes Sacerdotal

Para finalizar el primer ciclo de Martes Sacerdotales, la conversación estuvo centrada en cómo lo presbíteros están viviendo la fe católica frente a los inevitables cambios generados por la crisis del Covid-19.

Por: Vanessa Yegres

La fraternidad era más palpable que nunca en la sala virtual de Zoom, donde se dieron cita más de 80 sacerdotes, compartiendo saludos, bendiciones mutuas y breves anécdotas desde distintos rincones de Chile y el mundo. Desde Roma, monseñor Octavio Ruiz Arenas, Secretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, encabezó la actividad, sumándose a los saludos y agradeciendo a la Vicaría para el Clero por la invitación. 
Posterior a esto y a las palabras de bienvenida que acostumbra ofrecer el Vicario para el Clero, Alberto Lorenzelli, Ruiz inició su presentación, recordando a los asistentes una imagen que marcó un antes y después para los cristianos en este tiempo, “el Papa Francisco, en medio de la lluvia y en una soledad total recorría la plaza de San Pedro con paso agobiado y vacilante para impartir la bendición Urbi et Orbi, el pasado 27 de marzo”. En ese momento, empezaba la primera etapa de contagio global del coronavirus. 
Los signos de los tiempos
Ruiz explicó que uno de los factores clave en medio de esta grave crisis, es saber leer los signos de los tiempos y saber percibir la verdad de Dios, no solo en el contexto actual sino histórico, acotando que “a la luz de la fe, podemos decir que este es un tiempo de gracia”. Asimismo, comprende que hay quienes se cuestionan por qué Dios permite este tipo de sufrimiento, agregando que, desde el ministerio sacerdotal, “no podemos caer en la tentación de querer culpar a Dios de la tragedia que estamos viviendo”, por las causas de gran complejidad que generaron este fenómeno tan difícil. 
Ha sido un tiempo de comprender y volver a las personas, la solidaridad y la fe, explica, ya que como sociedad, nos encontrábamos sumidos en cosas “transitorias, sin mostrar preocupación por los demás” y que el cambio brusco nos hizo necesitarnos unos a otros, sacando a flote lo peor y lo mejor de nosotros mismos, destacando la generosidad y solidaridad de tantas personas que suman a la caridad para quienes lo necesitan. 
Alternativas frente a la crisis
“Tras cuatro meses, seguimos sintiendo las consecuencias e incertidumbre de la pandemia” dice Ruiz, mencionando entre las mismas la crisis económica, hambre, escasez de instrumentos médicos y sanitarios y la pérdida de trabajos, y a su vez explica que la situación nos interpela a todos, forzandonos a buscar alternativas, tanto a modo personal como institucional, para poder superar esta situación juntos. 
Admite que, “hemos tenido que reinventarnos en el ejercicio de nuestro ministerio eclesial” y que es importante aceptar con humildad los errores, mirando hacia lo más profundo de la misión sacerdotal, reforzando, como lo dice el Papa Francisco, el “sentido de pertenencia, de comunión y misión” a pesar del distanciamiento social, que ayudó a que la solidaridad creciera. 
Como parte y consecuencia de estas alternativas, se ha transferido toda la actividad pastoral al mundo digital para mantener vivo el contacto con las comunidades y esto, para algunos, ha levantado cuestionamientos en el valor teológico de los sacramentos online, por representar en su naturaleza, una revolución en el cristianismo como lo conocemos. “En este momento, a pesar de la renuencia, la evangelización a través de formatos digitales, ha dado acompañamiento y respuestas sobre el significado de lo que estamos viviendo”. 
Sin embargo, advierte que si bien las herramientas digitales han acompañado a la llamada pastoral digital, el objetivo debe ser plantear un canal de formación temporal para no caer en la comodidad de mantenerse alejados de los templos, una vez sea seguro asistir a los mismos. 
La post pandemia
“Nuestra pastoral debe estar encaminada a dar gran protagonismo a los laicos y agentes pastorales”, expresa monseñor Octavio, y marca como camino para lograr esto, incentivar la oración en familia a través de subsidios, para la lectura y escucha de la palabra de Dios y fortaleciendo, como se ha venido logrando, la acción caritativa. 
También hace una gran distinción a una lección clave aprendida, para muchos, durante este tiempo: no todas las personas pueden acceder a los mismos derechos, nombrando el cuidado médico y sanitario que muchas personas no tienen a su alcance y considerando esto como punto clave de preocupación que debiese existir para poder recibir a los fieles de vuelta en los templos de maneras que resguarden su seguridad y salud. 
Con una mirada optimista, Ruiz invitó a los sacerdotes a innovar, sin esperar regresar a una normalidad distinta a nuestra realidad actual, respondiendo acertadamente a los desafíos pastorales, sentenciando que “es el momento de soñar, de dar alas a nuestra imaginación, de buscar nuevos caminos”. 
Tras la presentación, el Arzobispo de Santiago, Celestino Aós, quien se sumó a la actividad, animó a los asistentes transmitir la fe, y "sentirnos cristianos alegres, porque lo peor que podemos hacer el dar el testimonio de la amargura, que tanto nos han criticado". 
Próximos encuentros
De acuerdo a Marcelo Alarcón, Encargado de Formación de la Vicaría para el Clero, este cuarto martes sacerdotal fue el último realizado en esta primera etapa, comentando que los próximos encuentros se realizarán entre mayores espacios de tiempo y se estarán anunciando a través de www.vicariaclero.cl y los canales de comunicación del Arzobispado de Santiago. 
El próximo encuentro confirmado se realizará el 11 de agosto, con la segunda parte del taller de Autocuidado en los martes sacerdotales.