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Miércoles 1 de diciembre de 2021

Monseñor Larrondo bendijo a embarazadas para iniciar el tiempo de Adviento

En la parroquia Latinoamericana el obispo celebró el 28 de noviembre la Eucaristía del primer domingo de este período y señaló que este tiempo no solo nos prepara para la conmemoración del nacimiento de Cristo, sino que también nos recuerda que el Señor vendrá nuevamente.

En su homilía, monseñor Julio Larrondo comparó la espera de las mujeres embarazadas con la de la Virgen María, que dijo sí a la voluntad de Dios. Asimismo, recordó que siempre debemos estar preparados para la segunda venida de Cristo.

El tiempo de Adviento uno inmediatamente lo asocia con la Navidad, la venida del Señor en nuestra humanidad, pero también nos hace tomar conciencia de la dimensión de la eternidad. Es decir, cuando el Señor aparezca definitivamente, vuelva y todo sea pleno”, dijo. 

Este tiempo no es una espera pasiva, sino activa en cuanto a comprometerme con lo que Dios me invita a vivir claramente a través del Evangelio. Es lo que viven las madres que están esperando a sus bebés. No se sientan a esperar a que solamente crezca, sino que siguen comprometiéndose en la vida cotidiana (...) y en la historia de sus hijos. También es eso el Adviento. Tenemos que ser personas que nos comprometemos en la acción, en una espera activa, esperanzadora, alegre, gozosa”, añadió.

Por otro lado, el obispo señaló que en la vida hay períodos difíciles y lo comparó con las mujeres que dan a luz a sus hijos con dolor, pero luego ese momento se transforma en gozo, cuando tienen al recién nacido en sus manos. “Imagínense cuánto será también el gran gozo cuando venga el Señor a nuestras vidas y podamos contemplarlo cara a cara y plenamente”, continuó.

Tras la homilía las mujeres embarazadas se acercaron al altar para recibir una bendición especial y un regalo.

Finalmente, se celebró la Eucaristía y tras esto se nombró a los diferentes países de Latinoamérica. Cuando su país era mencionado, cada persona levantaba la mano y era aplaudida por los demás.

La misa fue presidida por el obispo, en compañía del párroco Isaldo Antonio Bettìn y el diácono Miguel Ángel.