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Artículo

Sábado 20 de marzo de 2021

Cardenal Aós anima a vivir en oración y fraternidad en hogar de ancianos

El viernes 19 de marzo, fecha en que la Iglesia celebra la Solemnidad de San José, el Arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós, presidió la eucaristía en el Hogar de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, en Lo Barnechea.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Danilo Picart

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Ante la presencia de las personas mayores internas y de los cuidadores del hogar, el cardenal dedicó palabras para reflexionar sobre la Sagrada Familia y la importancia de esta oración para valorar el rol de San José como esposo de la Virgen y Custodio de Jesús.  

A la entrada de este hogar está la imagen de San José ¿y para qué está su imagen? Está para que nos encomendemos a él”, comenzó su homilia monseñor Aós. Tomando en cuenta esta referencia, “nos han enseñado a dar las gracias expresando nuestra fe, nuestro cariño, colocando una flor, dando un beso a su imagen, de muchas maneras. Pero nuestros mayores nos enseñaron a rezar la oración «Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía». Porque a lo largo de la vida y en la medida que hemos tenido recursos, hemos podido hacer regalos a las personas que queríamos. Pero el mejor regalo que podemos dar a las demás personas es el amor”, enfatizó. 

“Está bien que vayamos a San José para entregarle nuestro corazón y nuestra vida”, dijo monseñor Celestino. Sin embargo “después nos enseñaron también a rezar diciendo «Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía» porque hay muchos en este momento que están sufriendo, que están en agonía o que están muriendo. Y San José es proclamado el patrono de la buena muerte”, afirmó. 

Culminó su reflexión pidiendo por los difuntos, por quienes ya partieron en este año. “Quizás para ustedes, en este tiempo de la pandemia, también hemos conocido o hemos oído de amigos o personas que han muerto. Pero este camino no es el final, sino que una entrada a esa vida nueva y le pedimos al Señor que nos lleve a la paz, a la gloria, al cielo dónde están Jesús, José y María”.  

Al finalizar la misa, el arzobispo anunció que hoy la diócesis inicia oficialmente este año el año de San José. “Por eso les deseo que no sólo hoy, sino que todo el año estemos bajo la protección de San José y podamos vivir con paz, salud, con esperanza”. 

Testimonios 

Magaly Sotomayor Olmos ingresó hace un año y medio al hogar San José, y al cabo de unas semanas vio cómo la pandemia del covid-19 ocasionó el aislamiento del hogar, debido a contagios. Aún así, este tiempo ha servido para valorar la compañía con los demás residentes y a vivir con gratitud la celebración de San José. “Yo vivo feliz acá, porque es muy buena la gente, las religiosas son excelentes, se preocupan de uno. Yo nunca pensé que un lugar así iba a ser tan bueno. Las comidas son buenas, cada uno tiene su espacio para destinarlo como quiere. Para mi es excelente, porque vivo tranquila y los días domingo son sagrados para vivir la misa”, explicó. 

En tanto, Sor Irene Vilariño, Superiora de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, agradeció la visita de monseñor Celestino Aós, pues destaca que la fe y la oración han sido los pilares que sostienen la vida espiritual de los residentes de este hogar. “En este año jubilar de San José celebramos con una devoción especial, porque él fue quien cuidó a Jesús y María, y es patrono de la vida interior. Le pedimos a él para que nos ayude a llevar esta vida sobrenatural, que nos dé la fuerza, y es la que realmente nos mueve, porque sino, no tiene sentido estar acá”.