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Lunes 2 de agosto de 2021

Cardenal Aós preside misa por 25 años de parroquia San Francisco de Sales

La capacidad del templo y el respeto a las medidas sanitarias del plan paso a paso en la Región Metropolitana, facilitaron las condiciones para que la tarde del sábado 31 de julio, la comunidad de la parroquia San Francisco de Sales de Vitacura, volviera a reunirse después de un largo período, y celebrar juntos, la eucaristía de conmemoración por sus 25 años de vida. Monseñor Celestino Aós, realizó esta acción de gracias que se enmarcó en el cierre de su año jubilar.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Danilo Picart

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

“Cultivemos este sentido de comunidad” 

En la oportunidad, el Arzobispo de Santiago animó a los fieles a renovar en lo más íntimo el espíritu, para que nos permita seguir caminando pese a las dificultades propias de la vida, en especial durante este tiempo de pandemia. “Somos un pueblo de la memoria y esto cobra un sentido especial en estos tiempos, en que sufrimos”, advirtió monseñor Aós, agregando que será fundamental transmitir lo que se ha descubierto a las próximas generaciones, como fruto de la presencia y providencia de Dios. “Hoy estamos aquí para recoger la historia de estos 25 años de la parroquia. Hoy, nosotros, junto al párroco Francisco Cruz y con todos los que están unidos en los medios, renovamos el compromiso. Lo que hemos oído y aprendido lo narraremos a la próxima generación. Son las glorias del Señor y su poder”. 

En su reflexión, monseñor Aós enfatizó que la comunidad es un solo cuerpo y que desde este núcleo, se debe pensar en cómo ir en ayuda de las personas que más sufren. “Vivimos tiempos en que es necesario que revisemos y cultivemos este sentido de comunidad, de cuerpo de Cristo y allí, donde haya un católico o católica, deberá haber una luz, una levadura. Alguien que abra los brazos para acoger, alguien que invite al diálogo”, señaló. 

Testimonios de fe en tiempos difíciles 

Luego de la celebración eucarística, el matrimonio de Isabel Harvey y Robert Holmes, en representación de los agentes pastorales de la parroquia San Francisco de Sales, dieron gracias a Dios por este cuarto de siglo de vida parroquial, en que reconocen “tuvimos que adaptarnos a una realidad para la cual no estábamos preparados, pero con mucha fe, creatividad, esfuerzo y mucho trabajo comunitario, pudimos seguir celebrando la Eucaristía y desarrollando nuestro trabajo pastoral, adaptándonos a las posibilidades que se fueron dando en el camino, un camino que como cristianos, pusimos en manos del Señor”, indicó Harvey

En tanto, Robert Holmes, expresó que hoy, más que nunca, “tenemos que seguir dando testimonio de nuestra fe, aún en los momentos más difíciles. Tenemos que seguir soñando y luchar por estos sueños, no tengamos miedo de enfrentar estos desafíos. Confiemos que el Señor nos va a ir mostrando el camino”. 

Posteriormente, el párroco de San Francisco de Sales, padre Patricio Cruz, dedicó palabras para valorar el compromiso de tantos fieles, quienes han plasmado a través de las labores sociales y de evangelización, un camino sinodal, que va en sintonía con lo propuesto por la Iglesia de Santiago. “Estamos en el cierre del jubileo de estos 25 años, pero iniciando un tiempo por delante, que a mi como párroco me toca encabezar, pero como lo decían, somos una gran comunidad, una comunidad muy viva (…) Les animo a todos a buscar un impulso con San Francisco de Sales, nuestro patrono, que nos anime a buscar siempre cómo evangelizar mejor. Les animo a seguir siendo creativos en el espíritu para seguir anunciando al Señor y que nos encontremos, viviendo la fe en comunión y centrados en el Señor, amparados por la Virgen”, finalizó. 

Un cierre de año jubilar, con un renovado corazón 

Coincidiendo con el quinto aniversario de la Encíclica Laudato Si y en sintonía con el papa Francisco, los fieles de la parroquia concluyeron este año jubilar parroquial, donde además integraron estos elementos en sus actividades pastorales y se realizaron charlas sobre el cuidado de la Casa Común. Asimismo, la parroquia se suscribió al Movimiento Católico Mundial por el Clima y plantaron un árbol nativo que representa el respeto, cuidado con la naturaleza, que crecerá conforme a las nuevas generaciones que se irán integrando a la comunidad parroquial.