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Lunes 28 de marzo de 2022

Cardenal Aós acompañó a residentes de Fundación Las Rosas en su misa dominical

Visitó la casa Nuestra Señora de La Paz, en la comuna de Ñuñoa, e invitó a los adultos mayores a tener presente que el Padre siempre nos esperará con los brazos abiertos y lleno de cariño, pues Dios es un padre bueno.        

Periodista: Carolina Jorquera

“Nos sentimos bendecidos por su visita y agradecemos a todas las personas de la fundación por tenernos aquí. Nosotros lo único que pedimos es respeto, no queremos regalos, ni otra cosa. Todos coincidimos que eso es lo que hace falta, hasta entre nosotros mismos como residentes” expresó Marta Suazo (71), residente de la Fundación Las Rosas, en la eucaristía dominical presidida por el cardenal Celestino Aós, la mañana del domingo 27 de marzo.

El Arzobispo de Santiago, se trasladó hasta la comuna de Ñuñoa para participar de la misa dominical del hogar Nuestra Señora de la Paz, uno de los 28 establecimientos de larga estadía que tiene Fundación Las Rosas en nuestro país y que alberga alrededor de 2 mil adultos mayores.

El cardenal Aós les comentó en su homilía que ellos deben formar una familia y acompañarse y respetarse mutuamente: “Cada uno de nosotros tiene su biografía, teníamos muchas ilusiones, unas se cumplieron otras no. Han pasado los años y ahora estamos aquí, algunos fuimos como el hijo bueno que se quedó con el padre, otros como el pródigo, que se fue y luego volvió arrepentido. Lo importante es saber que el padre siempre nos esperará con los brazos abiertos y lleno de cariño, no tengan miedo a encontrarse con él”, manifestó el arzobispo.

La fe y sus rituales son muy importantes para la vida de los residentes, nos cuenta la técnico en enfermería Johana Bravo, que hace más de dos años trabaja con los adultos mayores y se siente muy contenta por servirles: “Tienen muchas actividades relacionadas con la fe, como su grupo de misioneros y las misas como estas, que los llenan de gozo y alegría. Nos falta respetar la sabiduría de los adultos mayores, ellos llegaron primero y tienen mucho que enseñarnos, tenemos que aprender a valorarnos”, señaló la trabajadora de la Fundación Las Rosas, organización que acompaña a los adultos mayores desde 1967, cuando se abrió el primer hogar.

Finalmente, el capellán nacional de Fundación las Rosas, Carlos Irarrázaval, agradeció al arzobispo la misa, la compañía y el cariño compartido con los residentes del hogar Nuestra Señora de la Paz.