Zona Oriente bendice su segunda Capilla de Adoración Perpetua

“Queridos hermanos, el Señor se queda aquí presente entre nosotros y nosotros por nuestra adoración hacemos que el Señor irrumpa en nuestro corazón, y cuando nos vamos a nuestra casa, de alguna manera, nosotros también somos como los custodios. Llevamos a Jesús”, dijo monseñor Cristián Roncagliolo en la inauguración de la capilla ubicada a un costado de la parroquia.

Durante la ceremonia, realizada en el día de la Inmaculada Concepción, el Obispo Auxiliar bendijo el tabernáculo que por primera vez recibió la presencia real de Jesús.

“Es emocionante porque la gente no sabe todo lo bueno que está por venir. Van a venir cosas muy grandes. Es maravillosa la experiencia que uno tiene al estar ahí en soledad y en tranquilidad, y en el silencio con el Señor, realmente eso es algo impagable. Cuando la gente empiece a experimentarlo, se van a dar cuenta, uno no se quiere ir”, dijo tras la ceremonia el matrimonio Toro Aguayo, coordinadores de la capilla.

Monseñor Roncagliolo afirmó también que haber inaugurado la capilla en el día de la Virgen es muy significativo, “porque  todo en la Virgen habla de Jesús. Todo en María nos conduce a Jesús”. A su vez, animó a los feligreses a que “muchos sean adoradores y todos se comprometan cada día más para ser una Iglesia discipular y misionera, como nos ha pedido el Santo Padre. Discipular y misionera en salida, dando testimonio del Reino de Dios”.

Por su parte, el vicario de la Zona Oriente, el padre Jorge Merino, agradeció todo el “esfuerzo y cariño que hay detrás de este sueño tan grande de esta comunidad”. Y le pidió a los feligreses que recen por la zona: “Este es un pulmón verde, podríamos decir, un pulmón de oración, como dijo monseñor, así que nos encomendamos y encomendamos todas las intenciones de tantas personas que somos parte de esta zona”. 

En tanto, Juan Palma, encargado de la capilla, afirmó estar convencido de que “va a perdurar en el tiempo, porque tenemos fe que es una obra del Señor”. “El mensaje a los feligreses es que ante cualquier dificultad no desfallezcan, el Señor está con nosotros y que nos apoyemos entre unos y otros para que la capilla esté por siempre adorando al Señor”, agregó.

Esta es la segunda Capilla de Adoración Perpetua de parroquia de la Zona Oriente, que se une a la de la parroquia Santo Tomás Moro en la adoración constante a Jesús.

La historia de un sueño

 “La iniciativa de nuestra Capilla de Adoración Perpetua surgió de un anhelo muy profundo y yo creo que de Dios, porque al ver el dolor de muchas personas, de muchas familias del sector, al darnos cuenta de que no podíamos nosotros personalmente resolver los asuntos, nació  el deseo de acudir más a Dios y de empezar a rezar más ante la pandemia, ante las dificultades económicas, de salud, el deseo de que Dios estuviera más al centro de nuestra vida”, explicó el párroco de María Madre de la Iglesia, el padre Pablo Arteaga.

El presbítero relató que algunas personas comenzaron a sugerir la idea “y al encontrarme una parroquia tan eucarística, donde se ama tanto al Señor presente en la eucaristía lo propuse al consejo pastoral, que se adhirió rápidamente”.

Tras este primer impulso, el padre contó que obtener los recursos no fue difícil. “Así nace este sueño y poco a poco se fue multiplicando y mucha más gente quiso participar”, dijo. 

“Esperamos que sea un lugar de mucha gracia, que haga que Cristo esté al centro de nuestra comunidad parroquial, que nosotros vivamos para él y de él obtengamos la luz para saber cómo acompañar a las personas, a nuestros hermanos que sufren en el sector. Esperamos también que sea un foco de mucha alegría y de consuelo en medio del dolor. Esperamos que sea también como un faro que ilumine no sólo a nuestro sector, sino que a toda la Iglesia de Santiago y de Chile, donde mucha gente pueda encontrarse con el Señor, hacer oración y confiar en él”, añadió.

Respecto a los fieles, los animó a vivir esta experiencia. “Animarse a ser adoradores por un período y ver qué pasa cuando yo me encuentro con Jesús presente en la eucaristía. No es necesario saber nada, hacer nada, solo estar en la presencia de alguien que nos ama tanto y que es nuestro creador, y desarrollar así la vida para la cual fuimos hechos, que es vida de adoradores. El padre busca, hombres y mujeres que adoren a Dios con todo el corazón. Que lo amen y vivan para él. Esa adoración transforma la vida entera”, concluyó.