Padre Julio Larrondo Yáñez hizo Profesión de Fe antes de ser ordenado obispo

El rito se desarrolló ante el Arzobispo de Santiago, Celestino Aós; el Nuncio Apostólico, Alberto Ortega, y el Obispo Auxiliar, Alberto Lorenzelli, y actuó como ministro de fe la canciller, Maria Francisca Sanmartín. En la oportunidad, el padre Julio, ante la Santa Biblia, prometió, “ser siempre fiel a la Iglesia Católica y al Romano Pontífice” y obedecer a la potestad que ejerce; realizar “con suma diligencia” el encargo apostólico encomendado a los obispos de enseñar, santificar y gobernar al Pueblo de Dios, “en comunión jerárquica con la cabeza y los miembros del colegio episcopal”, y “cumplir santamente el ministerio que me ha sido confiado”. Luego, el padre Julio Larrondo y los dos obispos diocesanos presentes, firmaron los documentos de la Profesión de Fe y Promesa de Fidelidad a la Iglesia.

Tras ello, monseñor Aós inició a la celebración eucarística, momento en que señala que esta fe que el padre ha proclamado, “la que teníamos que vivir, no siempre la hemos hecho vida, no siempre nuestras obras han sido dignas de nuestra condición de cristianos, por eso pedimos al Señor misericordia y perdón.”

En la homilía, el pastor se dirige al futuro obispo y le indica: “Tu servicio, Julio, no puede ser cualquier servicio”, sino los de un obispo, y para explicarlos señala el significado de los símbolos episcopales que Julio Larrondo pasará a usar.  La mitra, un sombrero terminado en punta, “que indica la sabiduría que debes tener por el estudio y la oración sobre los dos Testamentos, para aconsejar y enseñar al Pueblo de Dios”. La cruz que llevará sobre el pecho, que “es siempre señal de amor y de victoria: Jesucristo te ama y te ayudará a dar la vida si es preciso por la fe y por las ovejas”. El anillo es signo de autoridad, de dignidad, indica, pero en el caso del obispo, representa la “fidelidad a la Iglesia, tu esposa”, a la que debes amar, “con sus sombras y debilidades, con sus pecados y escándalos”. Sin embargo, enfatiza,  es la Iglesia de Jesucristo con toda su virtud, con toda su santidad, con toda su capacidad de iluminar con el Evangelio y de santificar a través de los sacramentos”. Los obispos usan el anillo en la mano derecha, porque con ella bendicen al Pueblo de Dios. 

Por último, Cestino Aós toma el báculo, signo del ministerio pastoral, “que nos lleva a pensar en Jesucristo, el Buen Pastor, que acompaña y defiende al rebaño”. El obispo capucho se dirige luego al padre Larrondo y le recuerda que como obispo presentará la alegría del Evangelio como esperanza y fortaleza. Enseguida el Arzobispo de Santiago bendice estos símbolos, que el sacerdote usará en adelante en su ministerio episcopal.

Todo esto pocas horas antes de que se desarrolle la solemne ordenación como obispo del padre Julio, en el Santuario de la Inmaculada Concepción del Cerro San Cristóbal.