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Miércoles 21 de julio de 2021

Aspirar al respeto y la dignidad humana para todos los trabajadores

En su segundo día, la Semana Teológico Pastoral 2021 reflexionó sobre ciertos valores que impactan en el mundo laboral de hoy. Cecilia Aguayo, trabajadora social, doctora en filosofía y académica de la Escuela de Trabajo Social de la Pontifica Universidad Católica de Chile, desde su experiencia, precisó que la dignidad intrínseca del ser humano, dada por la condición de ser hijos e hijas de Dios, debe estar presente en todas las esferas del trabajo.

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

José Manuel Borgoño, delegado de la Vicaría para la Familia, inició la segunda jornada de la Semana Teológico Pastoral, recordando los valores esenciales para todo trabajador. “La tarea de nosotros como humanidad, es hacer del trabajo una acción digna y con un objeto digno de su condición que tenemos al ser imagen y semejanza de Dios. El amor es una tarea de todos, aunque con diversas responsabilidades. Pidamos al Espíritu Santo que siempre nos asista en esta tarea que Dios nos ha asignado”, pidió.

Monseñor Julio Larrondo, Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario de Laicos, Familia y Vida, a imagen de san José, condujo la oración inicial, enfatizó que el trabajo debe ser considerado como algo que dignifica y engrandece a la humanidad, “tanto en lo espiritual como en lo personal, porque la obra de Dios sigue creciendo, multiplicándose y aumentando, a través de las manos de tantos hombres y mujeres”.

La dignidad laboral y los desafíos éticos

Cecilia Aguayo inició su ponencia advirtiendo que “el mundo laboral no es algo que improvisamos hoy con todos los cambios tecnológicos que se están viviendo, sino que hay una historia país, hay una historia de nosotros como cristianos que van albergando las historias laborales” y reglón seguido, recordó la trascendencia del obispo Enrique Alvear en su formación: “Él me enseñó siendo una alumna de Trabajo Social, a internarnos con esas personas que no tenían donde vivir, donde la represión era muy fuerte. Con él aprendí la educación popular, la educación social y a partir de eso, fue mi primera inspiración para poder trabajar en universidades”.

La trabajadora social a la luz de la pregunta, ¿cómo el respeto a la dignidad humana cuestiona hoy el mundo laboral?, manifestó que el mundo laboral no es sólo el ejercicio que realizamos y la institucionalidad del quehacer y de la acción humana, “sino que es el impacto que ejercemos en la sociedad con nuestras acciones laborales y, por tanto, cómo participamos en la creación de la obra de Dios”.

Para la académica de la Escuela de Trabajo Social de la Pontifica Universidad Católica de Chile, el trabajo no sólo es un salario justo, sino que también tienen que ver con la calidad de vida de las personas: “Todo el proceso de respuesta social en torno a la dignidad y el respeto, pasa por las instituciones. Un ejemplo claro tiene que ver con que el derecho del niño está por sobre cualquier problema, pero también necesitan un derecho de la familia. Los impactos de nuestras intervenciones son de una profundidad ética y moral inmensa”.

Sobre el valor de la ética en el mundo laboral, expresó que tiene que ver con un saber práctico que nos ayuda a tomar decisiones prudentes y acordes. “Es un saber en el que nos congregamos a colaborar y crear el Reino de Dios. Nos interpela a tomar una decisión justa, universal, tratando de llegar al respeto de los derechos humanos. Todos debemos trabajar desde el amor, porque el amor es vital en el trabajo, pero cuando no hay amor -que se da en la familia y en los padres- aparece el menosprecio que se expresa con violencia”.

Respecto de la dificultad que genera en las esferas laborales las pugnas éticas y morales, Cecilia Aguayo relevó la figura de Cristo para darle una salida cristiana: “Dios nos llama a ser su colaborador del universo. Cristo es un hombre de trabajo, aquel que siendo Dios se hizo semejante a nosotros en todo. Dedicó la mayor parte de sus años a su vida terrenal, al mundo manual junto al banco de carpintero. Esta circunstancia constituye el más elocuente evangelio del trabajo”.

Al cierre de su ponencia, desglosó algunos elementos que en la actualidad forman parte de estos dilemas como son las políticas sociales, la migración, la autodeterminación y la sobreinstitucionalización, entre otros.

¿Cómo abordar la DSI?

El padre Ildefonso Camacho SJ, experto en Doctrina Social de la Iglesia, desde Granada España nuevamente acompañó a la audiencia con sus reflexiones respecto del tema del trabajo desde lo que dice el Evangelio y el pensamiento social. En esta oportunidad, hizo hincapié en la dignidad de la persona y del trabajo. Allí, sostuvo que la DSI no puede reducirse a un cuerpo cerrado de doctrina de valor atemporal, sino que nace y se desarrolla en un contexto histórico y geográfico concreto, como respuesta a los problemas que se plantean a la Iglesia y a la sociedad. “Es un proceso abierto de reflexión y de acción, guiado por la sensibilidad evangélica e iluminado por la tradición de la Iglesia, que tiene por objeto los principales problemas de nuestra sociedad”.

Luego, precisando en que la DSI tiene sus orígenes a fines del siglo XIX con los procesos de industrialización, el capitalismo, el liberalismo y el estado de derecho, dijo que “hay que entenderla desde lo que significó el Concilio Vaticano II, pues marcó un antes y un después en el desarrollo y reflexión que hace la Iglesia a partir de los problemas de la sociedad y los cristianos que están inmersos en ella. La DSI es un pensamiento expresado en documentos oficiales de la Iglesia, pero que refleja la vida de los creyentes y su compromiso social”, advirtiendo que no es la última palabra, “sino que debemos seguir evolucionando y reflexionando. Es una tradición viva que exige un compromiso permanente”.

Por último, se enfocó en tres tesis que sustentan su propuesta sobre la DSI y el trabajo humano:  Rerum Novarum de León XIII en 1891, como cuestión social y el punto de partida de la preocupación por los trabajadores industriales. Luego, Laborem exercens de Juan Pablo II en 1981, donde destacó la labor del pontífice en sostener que todos los problemas sociales hay que interpretarlos desde la clave del trabajo humano, y Caritas in veritate de Benedicto XVI del año 2009, proceso que se articula sobre el desarrollo humano integral, basado en la caridad y en la verdad.

Cerró la segunda jornada monseñor Carlos Godoy, obispo y Vicario para la Pastoral, quien agradeció ambas reflexiones: “El pensamiento social cristiano puede ser un gran aporte a la discusión que se está dando hoy en nuestro país, a propósito de la construcción de una nueva constitución política y también en un año de elecciones. Es una reflexión ética desde el evangelio lo que principalmente nos mueve nosotros. Una auténtica espiritualidad cristiana debe tener una profunda incidencia en la vida social y práctica”.

La Semana Teológico Pastoral continúa hasta el viernes 23 de julio con exposiciones diarias de distintos expertos y las reflexiones de Ildefonso Camacho SJ. Mañana, 22 de julio, entre las 9:45 y las 12:30 horas, conéctate nuevamente a través de las redes sociales de la Iglesia de Santiago, para participar de la exposición de Javier Pinto, ingeniero comercial, doctor en filosofía, académico en la Universidad de los Andes, miembro de la Asociación de Ética Empresarial y Organizacional, quien hablará sobre trabajo, empresa y globalización a la luz de los desafíos éticos de los católicos.

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